La Jornada
desde la frontera con México, hasta la Tierra del Fuego, pueden establecer un sistema eléctrico, que representa un negocio de 1.4 billones de dólares.
En ese documento, Pascual insiste en que se trata de un sistema que operaría en todo el continente americano y es una
gran oportunidadpara las empresas de Estados Unidos de entrar a ese negocio, que vale
billones de dólares.
Eso demuestra que la privatización de Pemex y de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) responde a los intereses de Estados Unidos y sus corporaciones financieras y energéticas, señaló el senador Manuel Bartlett.
con todo tipo de irregularidades, ilegalidades y trampas, en un virtual golpe legislativo, el ex embajador de Estados Unidos va a estar muy contento.
El coordinador del PT en el Senado agregó que por ello, en esa reforma energética de Enrique Peña Nieto ya está todo listo para que las empresas extranjeras se apoderen de la infraestructura y las instalaciones de la CFE, empresa que al igual que Pemex va a ser desmantelada en un plazo de dos años.
“Las interconexiones están dadas desde la reforma que realizó el entonces presidente Carlos Salinas de Gortari, en la que se estableció que la importación y exportación de electricidad no es servicio público. Fue el primer paso; ahora llegarán las corporaciones eléctricas estadunidenses a poner en marcha su proyecto Connect America”, dijo.
Pascual
podrá hacer de México y su industria eléctrica una de las bases para que sus empresas ganen 1.4 billones de dólares en toda América Latina, recalcó.
Luego Vicente Fox intentó lo mismo, pero a través de modificar la Ley del Servicio Público de Energía Eléctrica, y la Suprema Corte lo echó abajo.
Sin embargo, ahora,
Peña Nieto, con el aval del PAN, logró modificar los artículos 25, 27 y 28 de la Constitución, para desnacionalizar el petróleo y la electricidad. Es una reforma brutal, porque da derechos de propiedad a las corporaciones extranjeras sobre hidrocarburos, refinación, petroquimica y generación del servicio público de electricidad.
Bartlett explicó que durante la discusión del dictamen de la reforma energética, en comisiones y luego ante el pleno, acusó a Peña Nieto de traición a la patria
porque es la verdad, ya que como se tipifica en la Constitución, por ceder a presiones de intereses extranjeros es traición a la patria destruir a la CFE, que tantos miles de millones nos ha costado, y permitir que el servicio público de energía eléctrica pase a ser un negocio para las trasnacionales de Estados Unidos, que además van a contar con un régimen legal que les permitirá llevarse todas las ganancias.
Dijo que la modificación al artículo 28, que quitó el carácter de estratégico al petróleo y la electricidad, cancela los derechos de México sobre sus recursos energéticos, reservados en el Tratado de Libre Comercio.
Afirmó que
miente descaradamente el gobierno de Peña Nieto cuando asegura que la gasolina y la electricidad bajarán de precio. Dijo que
actualmente una tercera parte de la generación eléctrica la llevan a cabo empresas extranjeras, y lo que se ha visto es un incremento de tarifas, que va a continuar si se privatiza por completo la CFE.
Reveló que en el primer proyecto de dictamen de la reforma energética se planteaba eliminar los subsidios al consumo de combustibles; se sacó al final,
pero seguramente se llevará a las leyes secundarias, ya que es obvio que las trasnacionales no van a querer subsidiar a la población.
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