![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgVon0aEYUSQ8DuSkQL_Y6Loaqo66N8UPNqC67DPTJbSoPApJRORjjzqAdedij9y029BwjV1tbRcer7gPa2HGkmBQFn7e3HycOQZpJvWq6p7nRgoD9TR_G0X_6d5KBt_MppfHLV2WRzkT3b/s1600/Francisco+Rodr%C3%ADguez.jpg)
Índice Político
¡Albricias! México conserva su preeminencia en materia de corrupción.
Vivimos en un país muy pero muy corrupto.
Y es que, de acuerdo al más reciente Índice de
Percepción de la Corrupción, elaborado por Transparencia Internacional,
en solo un año avanzamos del lugar 105 al 106, de una lista de 176
naciones.
Hoy, pues, somos más corruptos que hace un año.
Aunque, la verdad, eso de “somos” me suena a manada, como bien se dice por ahí.
Corruptos, podridos en billetes, son los funcionarios
públicos de los tres niveles de gobierno y, claro, por desgracia,
quienes son sus proveedores de bienes y servicios.
Más corruptos que hace un año, ¿por el regreso del PRI a Los Pinos?, valdría preguntar.
Es muy posible.
Sobre todo porque la actual Administración encabezada
por el mexiquense Enrique Peña Nieto ha decidido centralizar contratos y
pagos, dizque porque en los estados son “muy raterotes”.
No piensan así las autoridades estatales que ven, por
ejemplo en la adquisición de medicamentos y en el pago de nómina a los
trabajadores de la educación, que “alguien” por ahí quiere quedarse con
lo que a ellos les “tocaba”.
Y no, no es que con el regreso del PRI al poder haya
regresado la corrupción. Ésta siempre ha estado ahí, con los panistas
sobremanera –aunque los perredistas tampoco hacen malos quesos de esa
vaca a la que también ordeñan–, quienes durante el foxiato y malhadado
calderonato dieron grandes muestras de podredumbre institucional.
Pero más que la corrupción lo que detiene a México es la
enorme impunidad que cubre a los corruptos. Ahora, por ejemplo, debería
haber cientos de ex funcionarios en la cárcel, pero la mayoría están
fuera –del país, incluso– disfrutando sus bienes mal habidos. Van al
“bote” sólo aquellos que no están en la gracia de El Señor sexenal.
Aquellos contra quienes se practica una venganza, a quienes se cobra así
un agravio.
Ahora reivindicado, Raúl Salinas goza ya de todo aquello
que evidentemente se robó como funcionario público y, por supuesto,
durante el “reinado” de su hermano.
¿Más impunidad que esa?
¿LEY ANTICORRUPCIÓN?
La corrupción, por desgracia, no es privativa de los
altos círculos del poder político y del poder económico. Está extendida
a los policías, inspectores de reglamentos municipales o
delegacionales, verificadores, etc. Cualquier trámite, por más sencillo
que sea, cuesta al ciudadano “una lana” más, “pa’ los refrescos” de
quien debe realizarla porque tal es su tarea o función.
Nada se mueve en el país si no hay dinero sucio de por medio.
Igual si de ganar una elección se trata que de obtener un permiso para abrir un negocio, en todo hay corrupción.
Yarrington, Moreira, Granier, Frenk, Ayón son los apellidos que, por el momento, son sinónimos de corrupción.
Pero no los únicos.
“Los ‘señores de la droga’ pueden no ser los únicos que
exigen cuotas en México, ahora también los legisladores están
involucrados en una acusación del cobro de 10 por ciento de su
presupuesto federal a los alcaldes, ya de por sí acosados por el crimen
organizado, destacó Los Angeles Times en una de sus ediciones recientes.
He ahí el porqué de la renuencia de esos mismos
legisladores a abordar la reforma constitucional en materia
anticorrupción que durante meses mantuvieron en el congelador. Porque
ahí mismo hay grandes corruptos, quienes verían inmediatamente afectados
sus intereses.
Ahora que si hay una “lana” de por medio…
La corrupción, pues, cuesta miles de millones a los
mexicanos. Mínimo el 10 por ciento o “diezmo” que piden, demandan,
exigen aquellos que se encargan de las adquisiciones o contratos
invariablemente amañados. Aunque ahora hay quienes tasan en más, mucho
más sus “favores”.
Antes la corrupción “salpicaba”. Muchos se beneficiaban con ella.
Hoy, en cambio, toda esa corrupción parece estar concentrada en un grupo.
Y eso enoja a los demás corruptos.
Mal, muy mal ¿no cree usted?
Índice Flamígero: El morelense
Francisco Moreno Merino, quien presumía cercanía con Enrique Peña Nieto,
fue cesado de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente
(Profepa) por un escándalo de corrupción. Así de grande sería para
destacar de entre todos los demás.
No hay comentarios:
Publicar un comentario