Manifestación contra la reforma energética afuera del Senado de la República. Foto: Carlos Ramos Mamahua.
¡¡Exijamos lo Imposible!!
La reforma del encono
por Héctor Tenorio
Al igual que hace tres cuartos de siglo,
cuando conservadores y revolucionarios lucharon por el dominio del oro
negro, ahora los nacionalistas y los globalizadores son observados desde
el extranjero. En un ambiente de crispación social la Reforma
Energética enfrenta a legisladores de Acción Nacional (PAN) y del
Partido Revolucionario Institucional (PRI) contra los del Partido de la
Revolución Democrática (PRD) que denuncian haber sido excluidos.
Mientras que el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) ha optado
por la protesta callejera donde se deslinda de “los anarquistas” y sus
métodos violentos.
La
prudencia y la responsabilidad han estado ausentes del debate
parlamentario. La prisa de los neoliberales impide que las partes
directamente involucradas en el tema realicen (hasta ahora) un esfuerzo
adicional, en un afán de conciliación nacional que permita corregir,
precisar y fortalecer el contenido y alcance de la pretendida reforma a
los artículos 27 y 28 de la Constitución.
Por el contrario, quieren aprobar a
“galope tendido”. Como parte de su estrategia, el blanquiazul ha
canjeado con el tricolor la aprobación de la Reforma Energética por la
de Política Electoral, la cual fue en forma despótica avalada por el
PRI. Se mantendrá la misma estructura burocrática de los órganos
electorales. Incluso algunos aspectos de la reforma entrarán en vigencia
hasta 2018. Ambas reformas quedarán ratificadas antes de que concluya
el actual período ordinario de sesiones.
Queda claro que el abuso de la imagen de
Lázaro Cárdenas, realizado desde Los Pinos, más allá de un sustento
ideológico, esconde un doble manejo del discurso ante los esperados
cuestionamientos de los adversarios. Hay necesidad de atropellar, de
pasar por encima de la voluntad de más de un millón 672 mil mexicanos a
favor de una consulta ciudadana en materia de reforma energética. Lo
peor del asunto es que la Reforma Energética no solucionará la caída del
crecimiento económico, la agudización del desempleo y la repetición de
irrupciones sociales en varios estados. Parece una puesta en escena de
Shakespeare, “mucho ruido y pocas nueces”.
De forma irresponsable se han desechado
los argumentos y propuestas de los legisladores del Sol Azteca quienes
reprueban la pretensión de la derecha y consideran que el impacto
negativo de los cambios se prolongará a lo largo de muchas décadas.
Volverán a ondear las banderas de Lázaro Cárdenas. No obstante,
resultarán derrotados en el proceso legislativo, aunque serán
reconocidos por sectores de la población como valerosos defensores de la
soberanía nacional.
La realidad es menos romántica: los
perredistas pecaron de ingenuos y creyeron ser parte de la estructura
del poder. A pesar de esto, condicionan su regreso al Pacto por México
si se pospone la discusión de la Reforma Energética hasta el próximo
período ordinario, que arranca el primero de febrero del 2014. Además de
que se concrete la reforma del Distrito Federal, entre otras cosas.
Mientras eso sucede, no tendrán
inconveniente en sumar esfuerzos con Morena que se alimenta de las
protestas en las calles que no se detendrán a pesar de la emergencia
médica de Andrés Manuel López Obrador que exhibe la vulnerabilidad y la
aleatoria ruta de la privatización de los recursos de la nación. El ex
candidato presidencial sufrió un infarto al miocardio, se encuentra
estable y evoluciona exitosamente.
López Obrador considera que es evidente
la privatización de Petróleos Mexicanos (Pemex), como la está planteando
el presidente Enrique Peña Nieto y el PAN. Convirtiéndose en un negocio
de unos cuantos algo que es el patrimonio nacional, significará un
atentado contra la soberanía y la garantía del desarrollo de México.
La premisa del tabasqueño es básica, al
tratar de demostrar que el mandatario pactó en el extranjero la Reforma
Energética y lo único que le importa es cumplir a los consorcios a como
dé lugar. Para esto, se ha desmarcado de los grupos de encapuchados, que
han boicoteado todas las marchas de las fuerzas progresistas del país
desde el primero de diciembre del año pasado.
Debe observarse que el cerco a la Cámara
de Senadores, como posteriormente a la de la Cámara de Diputados, se
enmarca en la desobediencia civil. Sobre todo es una muestra de la
impotencia de la izquierda que no ha sabido conquistar la mayoría en San
Lázaro.
El año 2015 podría ser la última
oportunidad para una generación de políticos de avanzada que quisieron
pero no pudieron frente a un puñado de hombres pragmáticos que poco
saben de historia y mucho menos les interesa, aunque disponen del apoyo
del poder global.
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