Es motivo de orgullo que, a pesar de que han querido destruirnos, no lo han logrado ni lo lograrán. No sólo porque tenemos autoridad moral, sino porque las mujeres y los hombres que participamos en esta lucha, profesamos un profundo amor por nuestros semejantes y, más allá de alevosías y frente a todo tipo de adversidades, mantenemos la firme convicción de construir una sociedad más justa, más humana y más igualitaria
Es motivo de orgullo que, a pesar de que han querido destruirnos, no lo han logrado ni lo lograrán. No sólo porque tenemos autoridad moral, sino porque las mujeres y los hombres que participamos en esta lucha, profesamos un profundo amor por nuestros semejantes y, más allá de alevosías y frente a todo tipo de adversidades, mantenemos la firme convicción de construir una sociedad más justa, más humana y más igualitaria
jueves, 7 de noviembre de 2013
No podemos esperar q' renuncie EsPurioN
Contralínea
Peña… ¿Está terminando el sexenio?: vamos al despeñadero
Álvaro Cepeda Neri *
Si las cosas fiscales y la política económica del peñismo van hasta sus últimas consecuencias, para enero de 2014 la nación y su gobierno se encaminarán al despeñadero con todo y el Fondo Nacional para Desastres, ya que las “reformas” peñistas del genio del mal, Luis Videgaray, superaron a su maestro y asesor Pedro Aspe, al ir más allá de que los “pobres son un mito genial”; pues Peña se ha enfrentado a empresarios, campesinos, trabajadores, indígenas, mineros, maquiladoras, mexicanos residentes en la frontera Norte, refresqueros, dulceros, perros, gatos y etcétera. Y es que Peña va contra el mundo, sin frenos con su “no hay marcha atrás” y el reto de que “asumo las consecuencias”. Una de dos: Peña es ya un dictador, o ha enloquecido. Y cuando apenas lleva 1 año, todo parece indicar que está concluyendo su sexenio, pues desafortunadamente empezó al revés.
Acostumbrado a gobernar autoritariamente, como en el Estado de México con la complicidad de Televisa (a la que llegando a Los Pinos pagó hasta el último centavo de su publicidad), el cártel de Atlacomulco y el clan del grupo Toluca, al que se sumaron los de la mafia Hidalgo, Peña decidió imponer, contra viento y marea, su poder presidencial, creyendo que son los tiempos del Partido Revolucionario Institucional de Miguel Alemán a López Mateos, para ejercer el Poder Ejecutivo federal como una autocracia, donde Peña Luis XIV se autodeclara: “El Estado soy yo”; y como Luis XV desafiar a los mexicanos con el lema: “Después de mí, el diluvio”. Ignorando el hervidero de problemas, rebeliones, manifestaciones, inseguridad, desempleo, alza de precios y el golpismo militar-policiaco asomando la cabeza, va derecho y no varía el rumbo.
Supone que los 114 millones de mexicanos soportarán su embestida económica, su dictadura y caprichos. No le importa que estallen las revueltas vía la democracia directa, la del pueblo en acción, y que solamente se necesitan 2 o 3 millones levantados para dejar en jaque mate a las instituciones. Michoacán es ejemplo de lo que puede pasar en todo el país. Los atentados guerrilleros a la Comisión Federal de Electricidad y más revueltas, pueden incendiar a la nación que está a punto de estallar por las inconformidades que repudian el mal gobierno que representa a la elite que gobierna. No se puede pensar que no pasa nada, cundo están pasando rebeliones que pueden romper la frontera pacífica y presentar violencia política, sumada al resto de las otras violencias por la creciente inseguridad, los cacicazgos, los narcos, las guardias comunitarias, el desacuerdo magisterial que incluye a las escuelas rurales y normales. Y que más de 56 millones de pobres tienen hambre. Lleva Peña al país al despeñadero.
Falta saber si los mexicanos irán al vacío como mansas ovejas. Los hechos indican que los mexicanos resistirán esa eutanasia peñista. De no cambiar la política económica, política y social, estos 2 meses de fin de año traerán un principio de 2014 con explosiones del pueblo en las calles protestando e incluso exigiendo la renuncia del peñismo.
*Periodista
No hay comentarios:
Publicar un comentario