La Jornada
TPP: opacidad e impactos
La pretensión de
establecer limitaciones y controles multinacionales al uso de Internet,
como parte de las negociaciones del Acuerdo de Asociación Transpacífico
(TPP, por sus siglas en inglés), según un documento filtrado por Wikileaks y difundido ayer por La Jornada,
suscitó diversas expresiones de rechazo entre usuarios de las redes
sociales y organismos vinculados con las telecomunicaciones y las
tecnologías de la información. En el contexto de esas reacciones, la
Asociación Mexicana del Derecho a la Información (Amedi) señaló que la
regulación de la red no es una medida válida para proteger los derechos
de autor y limita la posibilidad de que a mediano plazo más mexicanos
tengan acceso a servicios de banda ancha, además advirtió que “no hay
información sobre las negociaciones (…) se debe transparentar y hacer
llegar a la sociedad, porque de otra manera no podemos defendernos como
usuarios ni tendremos oportunidad de protestar”. Por su parte, la
Asociación Mexicana de Internet indicó que el Estado mexicano no puede
delegar su obligación de perseguir y castigar los delitos cibernéticos
en los proveedores de servicios de Internet –como plantea el referido
documento– y señaló que la red debe mantenerse como herramienta libre de
acceso a la educación, la cultura y como factor de desarrollo
económico.
A esta ominosa perspectiva ha de agregarse la forma opaca y casi clandestina en que han sido abordadas las negociaciones del TPP: en sesiones prácticamente secretas y de espaldas a la sociedad, con las puertas abiertas sólo a los representantes de los intereses corporativos que han pugnado por garantías a la propiedad intelectual, y que son los que, cabe suponer, habrán de salir beneficiados por la firma de este acuerdo. Esa discrecionalidad, por cierto, no es privativa de México: ayer mismo, en una carta dirigida al presidente de Estados Unidos, Barack Obama, 151 diputados demócratas reclamaron que no haya habido suficientes consultas entre el gobierno de Washington y el Congreso sobre el TPP.
El cúmulo de afectaciones que podría generar la suscripción de este acuerdo por México hace particularmente necesario que su discusión se dé en el contexto de un debate público, en el cual se aclare, discuta y escuche a todos los sectores de la sociedad, a efecto de que éstos se pronuncien sobre la conveniencia de que el país ingrese a ese mecanismo. Es mucho lo que está en juego como para poner la discusión en manos de unos cuantos representantes con el argumento tecnocrático de una supuesta complejidad de los temas abordados. Cabe demandar, en suma, que el gobierno mexicano se comporte en este asunto con veracidad, pulcritud y sentido de representatividad.
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