La Jornada
El documento considera incluso que hay demasiado personal en la jerarquía de mando del organismo, al punto de sugerir desaparecer un nivel en órganos centrales prácticamente en lo inmediato: 2014.
Las sugerencias de Deloitte para hacer eficiente la operación del IFE enfrentan en algunos casos objeciones legales, ya que, entre otras cosas, se cuestiona la permanencia de la dirección ejecutiva de organización electoral, cuando sus funciones son temporales, sólo que ésta tiene su sustento en la legislación electoral vigente.
El estudio plantea la necesidad de fusionar esa dirección ejecutiva con la de capacitación electoral y educación cívica, pues en ambos casos hay tareas temporales que no son reconocidas administrativamente.
Se asume que ello implica cambios legales, pero recomienda crear una sola estructura que compagine ambas, con el consiguiente ahorro de recursos y la mayor eficiencia operativa, dada la necesidad de una función integral (de hecho, en periodo electoral las comisiones de consejeros que corresponden a ambas áreas se fusionan).
Más adelante el documento apunta que la dirección ejecutiva de prerrogativas y partidos políticos representa un alto costo para el instituto, en buena medida por ineficiencia en el área de pautado de espots, pero igualmente por la exigencia legal de monitorearlos. Por las características de esta área, el cumplimiento de las modificaciones sugeridas tendría cabal cumplimiento en 2018.
Sin razón de existir
En vísperas de la conclusión de la gestión de Leonardo Valdés al frente del IFE, el estudio sobre la estructura del instituto también alerta sobre la multiplicación de áreas administrativas en áreas sustantivas. Además de la duplicidad, en algunas hay falta de rumbo y escaso control.
Sugiere consolidar áreas para mejor aprovechamiento de recursos humanos y administrativos, así como impulsar un mayor aprovechamiento de tecnologías de la información.
Por ello, propone integrar una sola área de administración de recursos humanos adscrita a una única dirección ejectuiva. Ambas medidas permitirían al IFE desempeñarse con cerca de 25 por ciento menos en sus estructuras de soporte, con un ahorro de alrededor de 2 mil millones de pesos en seis años.
En otros rubros, Deloitte también advierte sobre ineficiencia en materia de comunicación, debido a que sus capacidades no son suficientes y su distribución en la estructura organizacional del IFE no es correcta. Por ello, plantea que se reordenen las funciones de difusión y al mismo tiempo se consolide la comunicación organizacional dentro del organismo electoral.
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