La Jornada
Segob, policía auxiliar
¿A quién se culpará?
Otra cita a Wayne
una investigaciónque ya habría sido prometida por el presidente de Estados Unidos. El canciller detalló que el paquete aspiracional mexicano incluye
investigación oportuna, deslinde de responsabilidades y medidas correctivas expeditas. Tan ambiciosos planteamientos permitieron al ex secretario de Hacienda presumir que México es
el único gobierno que ha exigido y al que le ha sido comprometida una investigación(por si a los presidentes de Brasil y Francia se les ocurriera pensar que sus formas de protesta han sido mejores o más productivas que las del mexicano que sigue en leal espera de que le cumplan lo ofrecido).
Para demostrar que esas palabras no habrían de quedar en condición volátil, Meade dio a conocer una medida que ha de considerarse muy enérgica, casi amenazante: volverá a citar al embajador de Estados Unidos (ya antes lo había hecho, cuando se conoció el primer caso de fisgoneo de alturas, referido específicamente al candidato Peña Nieto y su equipo), pero no de inmediato, sino al regreso de Ginebra del propio titular de la SRE (es decir, con gran amabilidad se está avisando al embajador Anthony Wayne que se le citará dentro de poco, para que la noticia no lo vaya a tomar de sorpresa, o para evitarle el mal trago de enterarse a través de los medios de que un mexicano lo emplazaba desde tierras europeas). En sustancia, el secretario Meade le exigirá, tronante, centelleante,
que se nos mantenga informadosde cómo van las indagaciones obamistas (if).
El secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, hubo de leer un comunicado con algunos puntos extraños. Dijo que Peña Nieto le había ordenado
realizar una investigación que deberá determinar si existen evidencias o no sobre las versionesde espionaje. ¿Entrarán Bucareli y Los Pinos a las grandes ligas del espionaje internacional, en una Misión Imposible, para contrastar y verificar los dichos y actos de quienes en niveles estelares han participado de este magno enredo de difusión de archivos secretos de la máxima potencia mundial e incluso de forcejeos diplomáticos con Edward Snowden como actor principal? ¿O esa
investigaciónpara
determinarsi hay
evidenciasde altísimo espionaje es solamente una licencia de poesía burocrática para cumplir funciones de mera policía auxiliar distractora?
El ex gobernador de Hidalgo también husmeará
la probabilidad de que hubiera participación de ciudadanos o funcionarios públicos de entonces, que intencionalmente o bien por omisión, negligencia o cualquier otro motivo, hayan desplegado conductas que hubiesen constituido algún tipo de violación a la privacidad de las comunicaciones del entonces gobierno federal, del ex presidente de la República, de los entonces funcionarios, así como del candidato Enrique Peña Nieto y su equipo de colaboradores.
investigación exhaustiva.
Y, sin embargo, el punto clave ya no está en el espionaje en sí. Lo enigmático y eventualmente peligroso para la administración de Peña Nieto sería que entre las decenas de miles de mensajes de texto (85 mil 500) cruzados entre teléfonos móviles de él mismo y nueve de sus colaboradores hubiera datos a publicar referentes a financiamiento irregular de campañas electorales, colaboración con grupos de delincuencia organizada o tratos o acuerdos oscuros con importantes grupos de poder fáctico. Esa posibilidad de difusión de material sucio ya no podrá ser controlada por ninguno de los gobiernos participantes, pues en todo caso forma parte del archivo que ha sido liberado por el citado Snowden y que según referencias recientes contiene información delicada respecto a hechos políticos de distintos países. En todo caso, a la administración peñista lo que le conviene en estas circunstancias es hacer ruido suficiente para tratar de contrarrestar un hipotético destape de datos que le sean lesivos.
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