¡¡Exijamos lo Imposible!!
Desastre
Lilia Arellano
Estado de los ESTADOS
En riesgo economía y paz social
Contribuye lluvia a la desgracia
Para la IP, reformas electrizantes
Privatización a educación y salud
Terna real: CSG-Aspe-Videgaray
“Hay que vigilar a los ministros que no pueden hacer nada sin dinero y a
aquellos que quieren hacerlo todo con dinero”.- Indira Gandhi
Sin duda alguna que septiembre del 2013 será recordado por mucho tiempo,
tanto o más que al que se hace referencia al terremoto que casi
destruye la capital de la República el día 19 pero de 1985. La sacudida
que duró sólo unos segundos no resultó tan fuerte como la que se ha
vivido durante estos 18 días, en los que se ha hecho presente la
brutalidad policíaca, la imposición, el autoritarismo, la presentación
de la cruda realidad surgida del error también de unos segundos, del día
de la votación, de un 7 de julio cuando los electores decidieron
quiénes los representarían en el Congreso de la Unión, de los que
ocuparían las curules desde las cuales se ha votado ya una reforma
educativa, otra laboral, la financiera sin que éstas cuenten con el
respaldo de la mayoría, ni siquiera la simpatía o la esperanza de que
puedan repercutir de buena manera en el diario acontecer.
Habrá que sumar a lo anterior, el desgarre de vestiduras para
incrementar impuestos a través de la reforma hacendaria y, la gran
reforma, la más peleada, por la que se han montado múltiples escenarios
que van del más desbordado optimismo de quienes la promueven y que en su
afán de lograr este objetivo no dudan en presentar la otra cara de la
misma moneda con características de gran tragedia, de desastre nacional,
de quiebra total, de hambruna, desempleo, crisis, como si tales no
fuesen ya del dominio nacional y parte del lenguaje común al momento de
hacer referencia sobre lo que aquí acontece. Pero si algo faltaba, la
madre naturaleza se encargó de proporcionarlo, puso su grano de arena y
propició otro tipo de daños para algunos y de gran beneficio para otros,
sobre todo para los que administran fondos dizque para los rescates,
para la ayuda de damnificados, para el gran negocio que desde hace
décadas vemos tenderse a todo lo largo y ancho en las láminas de cartón.
Esos representantes que ocupan curules exigen más información sobre
números cuando, se supone, conocen las necesidades de los distritos que
representan, pues los recorrieron en campaña e hicieron una y mil
promesas, independientemente de que la gran mayoría de esos hombres y
mujeres que lucen ropa de marca nacieron en situaciones económicas
adversas, difíciles, así que nadie les puede contar de las necesidades
urgentes, de las que no pueden esperar más. Desean conocer cifras de
empresarios, cálculos sobre repercusiones, ponen el impuesto a las
colegiaturas como si en realidad eso fuese lo más dañino, como si no
supieran nada sobre los créditos fiscales que se les otorgan o las
reducciones en multas, o los pleitos que pierde el Estado en esos
tribunales, o de las quitas multimillonarias que año con año realizan y
que disfrazan con otros programas para que los cautivos chiquitos,
pequeños y medianos se “pongan al día”, cuando la cifra total de esa
recaudación no llega ni al 5 por ciento de lo que condonan.
Podemos empezar por las repercusiones a la violencia con que se desalojó
el Zócalo capitalino para que Enrique Peña Nieto pudiese dar una
muestra de solidez gubernamental, de autoridad total, presentándose a
dar el “Grito” y, si para ello se requería nuevamente de una
escenografía, de montajes, no hubo impedimento alguno, ya que hay
experiencia, y vasta, en acarrear ciudadanos, en comprar su presencia y
su aplauso, en llenar plazas con quienes, una vez de regreso, hacen
planes sobre su siguiente actuación, lo que cobrarán y al llegar a su
destino se lamentan del papel que representan, se avergüenzan de las
acciones que el hambre los lleva a ejecutar. Aunque el día siguiente no
fue diferente. Un desfile, como el mensaje el día después del informe
–otra acción para recordar la tragedia de este mes-, exclusivamente para
las cámaras de televisión. Nada de que pudiera la gente ver de cerca a
sus soldados, manifestar su respaldo y admiración por lo que queda de la
gran institución formada por las fuerzas militares. Las lisonjas no
pudieron ser más ocultadas en su precio. Se lanzaron con grandes
aplausos porque no se quedó a la gran cena que se ofreció la madrugada
del 16, en Palacio Nacional, porque tenía que ir a Guerrero a ver a los
damnificados.
O sea que seguimos en el derroche, en las grandes galas, en las que,
haciendo un paréntesis, lucieron tanto el mexiquense como su señora
esposa. Lo que lució la pareja presidencial tiene un costo que cubriría
el alimento de 10 mil de los maestros apostados en la plancha del Zócalo
durante una semana acostumbrados como están a lo raquítico de éste. Y
la gira a Guerrero, ¿no es obligatoria? ¿Acaso no percibe un salario que
lo obliga a estar pendiente, atento, acudir, a los lugares en donde se
presentan situaciones que ponen en peligro la vida de los ciudadanos?
Esa noche, la misma del 15, ¿cómo durmió? ¿Hizo coraje por tenerse que
levantar al otro día muy temprano; se preocupó por la tragedia y el luto
de las familias afectadas? ¿El costoso avión que se compró no vuela
cuando el Sol se ha ocultado? Sus acompañantes: Osorio Chong y Rosario
Robles, ¿tenían algún compromiso urgente que les impedía ir e incluso
llegar antes que el propio Peña o se sintieron muy bien al ser los
únicos invitados para ese viaje en el que la risa fue en momentos lo más
escuchado, más aún que los reportes y las posibles y mágicas soluciones
que esta pareja ofrece a cada paso? ¿Les hacemos un monumento?
REACCION CONTRARIA
La situación que priva en torno a los maestros, a su inconformidad con
la reforma educativa y sus leyes secundarias, se ha recrudecido a partir
del uso de la fuerza pública para desalojarlos, lo cual también nos
permitió observar las distintas maniobras gubernamentales para sacar
adelante un conflicto a través del diálogo, de la exposición de la
experiencia política. Por un lado, tienen contratados mentores que son
verdaderos mercenarios y que se han dedicado a mal informar a los de los
plantones para crear divisiones internas; hay otro grupo que instruye a
los encargados en los gobiernos estatales para hacer ofrecimientos que
no van a cumplirse porque significarían violaciones a la Ley, hacen
acuerdos oficiosos para salir del paso; uno más es de golpeadores que
son los que retrató la televisión para hacer ver a los profesores como
seres agresivos, violentos, indeseables a los ojos de los padres de
familia, cuyas expresiones giraron por momentos en torno a rechazar que
sus hijos fuesen educados por esta clase de sujetos.
El fracaso político está a la vista y las acciones que se emprenden,
lejos de disminuir esas derrotas, las hacen mucho más evidentes. El otro
grupo es el de los verdaderos maestros, los que están empujando por una
evaluación que no sólo saben y están ciertos de que es necesaria, sino
que la preparación para éste les es de gran ayuda. Sólo que no es
posible hacerla nacional porque no tienen las mismas herramientas y
oportunidades los que imparten enseñanza en los poblados, en las
comunidades, en las sierras en donde por cierto no hay planteles
educativos que se acerquen siquiera un poco a los más destartalados en
las zonas urbanas, que las que existen en las ciudades donde hay
Internet, luz, agua, servicios, acceso a bibliotecas y hasta Ateneos.
¿Cómo establecer una revisión cuando el mosaico que conforma nuestro
país es tan diferente, desigual, cuando no guardan ni la más mínima
similitud? Si a estas alturas, cuando prometen ingresar al país a otros
niveles económicos, no puede ni siquiera impartirse de la misma forma el
libro de texto porque hay lugares donde un solo profesor atiende
primero, segundo y tercero de primaria, ¿es comprensible esa rigidez?
En todo esto hay un fondo y un proyecto económico que ya se vislumbra y
consiste en la centralización del dinero que se entregan a las entidades
para el pago de maestros, para la educación y la puesta en marcha de la
privatización a través, primero, de la obligación de los padres de
cubrir todos los gastos de mantenimiento de las escuelas con todo y la
oficina de la dirección, la papelería, etcétera, todo ello disfrazado
con la eliminación de las famosas y controvertidas “cuotas voluntarias”.
Luego llegarán las concesiones a particulares para que, mediante un
contrato con los padres de familia ya organizados en los planteles, se
responsabilicen de que todo funcione bien mediante una módica cuota que
de ninguna manera pretenden llamarla colegiatura. Así, el centro
controla el dinero y paga a los maestros, y un grupo de amigos se hace
de sus respectivas escuelas particulares sin, de nuevo, gastar en
edificaciones, en nóminas, en compra de inmuebles, terrenos, etcétera.
Así, en Michoacán siguen paralizadas las labores magisteriales y
llegaron hasta a las administrativas de la Secretaría del ramo; en
Aguascalientes, disidentes del SNTE se hicieron acompañar de jubilados,
normalistas y padres de familia y marcharon en silencio manifestando su
rechazo al desalojo de la CNTE en el Distrito Federal. Emilio Chuayffet
sabe cuál es el objetivo final y de ahí que no aparezca, esos asuntos
son de Videgaray y compañía. ¿O alguien puede creer que el apoyo de Slim
es gratuito?
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