martes, 2 de julio de 2013

Y más negocios turbios de la rata Granier

¡¡Exijamos lo Imposible!! 
Por Esto!
Insulto, ahora Umán: 2,500 has.

MERIDA, Yucatán, 1 de julio (POR ESTO!).- El escandaloso latrocinio cometido por el ex gobernador de Tabasco, Andrés Granier Melo, y su Secretario de Administración y Finanzas, José Manuel Sáiz Pineda, en perjuicio del pueblo tabasqueño, adquiere mayores dimensiones en Yucatán al descubrirse que esta dupla delictiva también compró unas 2,500 hectáreas de terrenos en Umán, municipio conurbano con Mérida.

Amílcar Sala Villanueva, compadre y mancuerna política y social del ex gobernador, junto con sus tres hijos, aparecen en el padrón de ejidatarios de Umán con derechos agrarios vigentes.

Junto con los tabasqueños, en el grupo de adquirientes también figuran como “ejidatarios” Esteban Correa Bolio, Lorenzo Medina González y Leonel Medina González, socios del clan Granier-Sáiz-Amílcar, que operan entidades financieras creadas para lavar el dinero robado.

Todos ellos saben que a la hora de revender esas tierras habrán cerrado el círculo del lavado de miles de millones de pesos, además de que, en su calidad de “ejidatarios”, estarán exentos del pago del Impuesto Sobre la Renta (ISR).

Vale la pena recordar que Sáiz Pineda también se hizo pasar como “ejidatario” cuando concretó la venta de 139 has a “Patrimonio Kanasín” por 246 millones de pesos, pagaderos a 10 años.

Evidentemente queda claro cuál es el modus operandi de este grupo delictivo de cuello blanco.

El “eslabón”

Amílcar Sala Villanueva es el compadre favorito de Andrés Granier Melo y en Tabasco todos saben que fue él quien además de animarlo a incursionar en la política, financió su campaña.

Este sujeto convenció luego a su compadre de que lo nombrara como Asesor General Financiero de Inversiones y Proyectos Estratégicos de la Secretaría de Administración y Finanzas (SAF), no obstante que este puesto no existía formalmente en el organigrama.

Desde allí, Amílcar operó a su antojo varios fideicomisos estatales: para el Desarrollo Industrial de Tabasco (FINTAB); para el Fomento y Desarrollo de las Empresas del Estado de Tabasco (FIDETAB); para el Apoyo Empresarial de Tabasco (FIDETAB) y el Fondo Empresarial de Tabasco (FET), todos ellos dotados de grandes volúmenes de recursos.

El objetivo de estos fideicomisos era la promoción del desarrollo industrial, productivo, de servicio o agrícola, así como otorgar financiamiento e incentivos recuperables y no recuperables, apoyos y garantías complementarias.

Sala Villanueva era, en la práctica, un poderoso secretario sin cartera, encargado de hacer el trabajo sucio, pero bien remunerado.

A través de la empresa denominada Procesos y Sistemas Empresariales, S.A. de C.V., Amílcar suscribió un contrato con la SAF por el orden de casi 35 millones de pesos para proveerla de un Sistema Informático Contable, con el señuelo de que con ello se agilizaría la información de todas las dependencias estatales.

En la práctica nunca cumplió lo ofrecido, por lo que además de embolsarse esa millonaria suma, se apoderó de información estratégica de prácticamente todas las dependencias del Ejecutivo tabasqueño, que luego usó para su provecho personal.

Por otra parte, se sabe que su hermano Luis Enrique Sala Villanueva adquirió la franquicia de Subway para la región que abarca desde Tabasco hasta Cancún, Quintana Roo.

“Patrimonio Kanasín”

Como saben nuestros lectores, “Patrimonio Kanasín” se conformó con la asociación de Bienes Raíces Supreme, S.A. de C.V., propiedad de Esteban Correa Bolio y Lorenzo de Jesús Medina Gonzáleztambién accionistas de la Unión de Crédito Integral del Golfo, S.A. de C.V.-; Desarrollo RDG, cuyos socios son Rodrigo Díaz Gutiérrez y Rommel Daniel Sánchez Angulo, y Grupo Hogare, S.A. de C.V., de Juan Manuel Ponce Díaz y Rommel Sánchez Angulo. Por medio de la Unión de Crédito Integral del Golfo, S.A. de C.V. y “Patrimonio Kanasín” se pretende “lavar” los 246 millones de pesos que, a precio alzado, se pagaron por la adquisición de 139 hectáreas del ejido de Kanasín

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