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Por Esto!
La cobardía de las hamburcolademocracias
Ricardo Andrade Jardí
Si algo demuestra el asunto de Edward Snowden, quien le ha otorgado un
instante de verdades al mundo, es la cobardía que retrata a los
“gobiernos” de la hamburcolademocracia que se multiplican por el mundo a
imagen y semejanza de Dios... Perdón: a imagen y semejanza de Estados
Unidos.
El terror que los gobiernos “democráticos”, así entre comillas lo de
democráticos, pues sirva de ejemplo el deslinde para otorgar asilo
político a Edward Snowden, del derechista y popular gobierno español,
sombra de una monarquía corrupta, impuesta por un golpe militar
orquestado por fascistas y banqueros de las hoy hamburcolademocracias
del “libre” mercado, contra la voluntad popular del pueblo español, que
ya desde 1933 dijo NO, por segunda vez, a la estupidez de ser súbditos
de cretinos corruptos. O el silencio mediocre del desgobierno priísta
del analfabeta “funcional” impuesto por Televisa en México ante el
espionaje al que es sometido el país. La pregunta que tendríamos que
hacernos los mexicanos: ¿es porque nos dejamos espiar por el país que
desde su gobierno vendió las armas del programa “rápido y furioso” que
sirvió para súper armar al narcotráfico y que le ha costado la vida a
más de 100 mil (cien mil) mexicanos? Y sólo son ejemplos menores de
gobiernos que en el fondo no representan a la voluntad popular, pues el
PP español gobierna con un porcentaje no representativo de los españoles
en edad de votar y en México el PRI gobierna por gracia y voluntad del
dúopolio telecratico que construyó la imagen telebasura de Peña Nieto y
junto a Monex, Soriana y el IFE repartieron limosnas de recursos
públicos y privados ante un pueblo hambriento que cambió su voto por la
comida de ese día.
El mundo está de cabeza; la mentira es la regla y la norma, en tanto la
verdad aterra a los gobiernos “democráticos”, en su mayoría corruptos.
Los aterra porque las naciones espiadas saben que la verdad terminará
por derrumbar no sólo la mentira de la democracia de mercado, que no es
otra cosa que la mentira de producir infinitamente en un ecosistema
finito, porque la verdad terminará por demostrar la urgente necesidad de
desterrar —de derrocar— al capitalismo si no queremos exterminar la
vida orgánica del planeta que habitamos todas y todos.
La cuestión es que los gobernados somos mayoría frente a la pandilla de
gobernantes cobardes que hoy le cierran las puertas a la verdad con la
esperanza de no molestar a los autonombrados “amos del mundo”.
Pero lo que el imperio y las cobardes democracias de mercado
(hamburcolademocracia) no pueden ya evitar es el hecho histórico de que
lo que hasta hace algunos años era sólo una correcta especulación (¡vaya
contradicción dialéctica!) es hoy una certeza: cualquier nación que
permita una embajada yanqui en su territorio será espiada y sometida a
los deseos genocidas del imperio, que las hamburcolademocracias han
convertido, por su cobardía, en el dueño del mundo.
Pero el asunto de la negativa de asilo a Edward Snowden es sólo el
principio de lo que vendrá cuando la verdad de los documentos que
demuestran que para los Estados Unidos ni la democracia ni la libertad
son un camino posible, vendrá la censura real de todos lo medios que den
a conocer lo que el imperio no desee que se conozca; y esas mismas y
cobardes hamburcolademocracias serán las primeras en someterse a las
exigencias del yanqui imperio y ahí sabremos todos que bajo la fachada
de la democracia de mercado se cobijan la corrupción, la mentira y el
más vergonzoso entreguismo desde Alemania y Rusia hasta México y
España...
La guerra que vendrá será en muchos sentidos una lucha entre la verdad y
la mentira y la mentira estará representada por los gobiernos de las
democracias burguesas, de las hamburcolademocracias y la verdad será
representada entre otros, contra todo pronóstico por los Edward Snowden,
es decir, por aquellas mujeres y hombres que con dignidad defiendan a
la humanidad en pro de un mundo justo y ambientalmente responsable
aunque esto signifique renunciar al aparente “confort del pantano” que
hoy nos venden como el fin de la historia y como el único camino
posible.
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