martes, 2 de julio de 2013

PRI quiere 'carro completo' incluso ilegal

¡¡Exijamos lo Imposible!! 
Por Esto!
Viene lo peor después del domingo
Guillermo Fabela Quiñones

Apuntes

La violencia sigue siendo el común denominador de la vida en el país, hecho por demás significativo de que nada ha cambiado en México en los últimos treinta años. Tal situación demuestra que la oligarquía no está dispuesta a permitir que la sociedad avance, busque salidas a la descomposición social imperante, promueva cambios democráticos, como urge hacerlo para desactivar la crisis política que se avecina de continuar por el rumbo que seguimos, con el avieso propósito de mantener un estado de cosas altamente beneficioso para la minoría que detenta el 80 por ciento de la riqueza nacional.

Tal terquedad está llevando al país al empoderamiento de un sistema policiaco, cuyas consecuencias son ya terribles. El legado de horror que dejó el desgobierno del espurio Felipe Calderón, en poco tiempo se verá superado de seguir las cosas como hasta la fecha, luego de siete meses de que Enrique Peña Nieto se entronizó en Los Pinos. Está demostrando no tener ningún interés en corregir una realidad muy dramática, consecuencia de que las instituciones están al servicio del grupito que detenta el poder real en el país, situación que ha desembocado en más pobreza para las clases mayoritarias, y más voracidad de una elite oligárquica.

Es muy preocupante que no se detengan ante nada con tal de mantener sus privilegios. Están decididos a lo que sea con tal de que sus designios no sean modificados un ápice. A ello obedece la ola de crímenes contra candidatos en estados donde habrá elecciones el próximo domingo 7 de julio. El objetivo es crear un clima de zozobra que llegue hasta la cancelación del proceso electoral, bajo el argumento de que no hay condiciones mínimas de seguridad. Se trata de una típica acción de corte fascista, cuando el grupo en el poder presiente que su hegemonía está en riesgo. Saben, sus integrantes más conspicuos, que el pueblo está harto de tanto engaño, tanta pobreza, tanta explotación. De ahí su temor.

El grupo priísta en Los Pinos sabe que debe aprovechar este proceso electoral para posicionar su hegemonía; no escatimará gastos, prebendas, presiones, actos ilegales incluso, con el fin de lograr su objetivo: “carro completo” que le permita mayores márgenes de maniobra a Peña Nieto, a fin de imponer al país los designios de la oligarquía y de sus socios extranjeros. Están decididos, como es fácil advertirlo, a lo que sea con tal de afianzar su poder. Al fin que el pueblo mexicano es muy apático, no como el brasileño o el egipcio, los cuales están demostrado una dignidad y un sentido de su deber ciudadano, a prueba de todo tipo de amenazas del grupo en el poder.

Es ominosa la advertencia de Manlio Fabio Beltrones, de que el PRI no aceptará “ningún chantaje” para modificar los resultados de las elecciones. Esto significa simple y llanamente que no aceptarán derrotas, aunque sean más que manifiestas, porque se adelantarán a la oposición en el terreno judicial. El mensaje que envió el coordinador de los diputados del tricolor es muy claro: no estamos dispuestos a compartir el poder con nadie, en el último de los casos negociaremos dádivas a la oposición domesticada, siempre y cuando se acepten nuestras condiciones, al pie de la letra. No es fortuito que las dirigencias nacionales del PAN y del PRD hayan coincidido en afirmar que “hay un clima electoral enrarecido”. Esto les permitirá negociar después del proceso electoral.

Mientras, el país sigue en caída libre hacia una crisis económica que buscarían desvirtuar con la crisis política, que se recrudecerá posteriormente a las elecciones del próximo domingo. Aquella permitirá afianzar el argumento falso de que sólo podrá superarse con las reformas estructurales faltantes, sobre todo con la energética; la otra con las negociaciones espurias al amparo del Pacto por México, ajenas a los resultados electorales cuando así le convenga al PRI. Al fin que para eso se ideó dicho mecanismo, para justificar los acuerdos cupulares que sean necesarios, a fin de que la oligarquía siga ejerciendo su poder real sobre la sociedad.

Tan dramática realidad no habrá de cambiar en tanto el pueblo siga sumido en su letargo, desarticulado y sin una idea de su fuerza real, como la que descubrieron los pueblos brasileño y egipcio, por causas mucho menos crueles que las que sufren los mexicanos.

(guillermo.favela@hotmail.com)

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