Contralínea
Enterrar con la bruja Thatcher al neoliberalismo económico
En medio de los atentados terroristas en Boston, las amenazas de Corea del Norte, la violencia en Irak por el entreguismo de sus gobernantes a Washington y 1 mil desgracias más, el gobierno inglés homenajeó a la bruja Thatcher. Paseó su cadáver por Londres ante las protestas de sindicatos, mineros, trabajadores y hasta políticos, ya que ella inició el neoliberalismo económico que embistió a los pobres, favoreció a los ricos y, en alianza con Reagan y su protegido Pinochet, contaminó a los gobiernos procapitalistas para privatizar las empresas, desmantelar el Estado de Bienestar, generar desempleo masivo y llevar a la humanidad a la crisis mundial que gesta en sus entrañas el levantamiento de una Revolución Mundial de los pobres contra los ricos, los bancos, las empresas, los patrones.
El filme La dama de hierro, que protagonizó maravillosamente Meryl Streep, presenta una muy sintetizada biografía de la bruja. Su muerte fue celebrada por la humanidad que sufre desempleo y pobreza por los abusos del capitalismo salvaje que en México tiene a 26 millones de mexicanos en el comercio informal; más de 7 millones de jóvenes salidos de las universidades sin empleo; siete millones de niños desnutridos ¡a los que Rosario Robles quiere dar Pepsicola y Sabritas!
El ceremonial para luego incinerarla se
vio deslucido, no obstante que asistieron los conservadores ingleses
que con dinero del pueblo pagaron más de 15 millones de dólares (La Jornada, El País y Reforma,
18 de abril de 2013). A su paso los trabajadores coreaban: “Maggie,
Maggie, Maggie… muerta, muerta, muerta”, y maldecían. Como ella, el
neoliberalismo económico también debe convertirse en cenizas, antes de
que los pobres y desempleados derrumben gobiernos pues, en palabras de
Víctor Hugo, autor de Los miserables “se escucha el ronco son de la Revolución”.
Pero en lugar de esto, Peña ha dado
garantías a los banqueros con su reforma financiera que facilitará
créditos a quienes ofrezcan sus bienes muebles e inmuebles como prendas.
Los banqueros, que no prestan su dinero ni sus fabulosas ganancias,
sino el de los ahorradores, ya podrán cobrarse “a lo chino”. Los
despachos de cobranzas embargarán y ejecutarán las hipotecas y
procedimientos judiciales mercantiles y civiles, incluso penales, contra
quienes hayan obtenido un préstamo y al no pagarlo en un determinado
plazo, perderán su patrimonio.
La avaricia de los buitres bancarios
(sin ofender a las verdaderas aves de rapiña y dispuestas a toda clase
de carroña) los hace salvajemente voraces. Con la reforma de
Peña-Videgaray, los bancos prestarán con la mira de que los deudores no
paguen y arrebatarles lo que dieron en garantía. Peña dio más garras a
los dueños de esas instituciones que otorgan créditos usureros. Y en
nuestra economía clavada con alfileres por la crisis que viene, son
carnada para despojar a los deudores. Zedillo rescató con miles de
millones de pesos a los bancos que el pueblo sigue pagando. Peña va por
ahí: a los banqueros todas las garantías. A los que soliciten préstamos
si no pagan a tiempo, les toca perder sus bienes, quedarse en la calle o
suicidarse.
*Periodista
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