¡¡Exijamos lo Imposible!!
Homozapping
Segunda parte del texto original del reportaje publicado en Proceso, No. 1996. Consulta la primera parte aquí.
El “apagón” diferido en Tijuana, conjura digital
(Segunda Parte)
Jenaro Villamil
“Maniobra de las televisoras” AMEDI
Por su parte,
la Asociación Mexicana de Derecho a la Información (
AMEDI)
emitió un
comunicado para alertar que los bloqueos y la petición del IFE para
diferir el apagón analógico en Tijuana forman parte de “maniobras de las
empresas mediáticas” que se oponen a esta medida.
“Es conocida la resistencia de las
principales televisoras para la transición a la televisión digital
terrestre porque ello las obliga a devolver los canales espejo y se
comienza en nuestro país una innovación indispensable para empezar a
generar las condiciones para una mayor competencia en la televisión, en
la medida que la digitalización permitirá que entren nuevos actores”,
argumentó la AMEDI en un comunicado.
La
asociación subrayó que la oposición de Televisa y de TV Azteca mediante
amparos y diferentes estrategias “obedece a la defensa de sus intereses
para evitar la competencia, por lo que han desatado una campaña
mediática” en contra de la Cofetel, “magnificando las protestas de
algunos ciudadanos y las declaraciones del presidente municipal”.
La AMEDI califica como “sorprendente”
que el Comité de Radio y Televisión del IFE, integrado por los
consejeros Lorenzo Córdova, Benito Nacif y Marco Antonio Baños, haya
solicitado que el “apagón analógico” se difiriera.
“Lamentamos que la máxima autoridad
electoral no haya actuado como garante del derecho a la información de
la población en el caso de los bloqueos, como si lo hace manifestando su
preocupación por el apagón analógico, pues ante la imposibilidad de
contar con información específica de sus candidatos, tomando en cuenta
la penetración que la televisión sigue manteniendo en 14 entidades
federativas en donde habrá elecciones, se elimina la posibilidad de que
los ciudadanos, con información pertinente y necesaria, sean quienes en
un marco de libertad, objetividad, imparcialidad y certeza, acudan a las
urnas a ejercer su derecho al voto para elegir a sus representantes
locales por los siguientes tres años”, abundó la agrupación presidida
por Aleida Calleja.
En contraparte, voceros y analistas
vinculados a Televisa y a TV Azteca, pero también legisladores del PRI
aprovecharon para contratacar acusando a la Cofetel de apoyar al
candidato opositor del PAN-PRD en Baja California.
Por ejemplo, especialistas como Javier
Tejado Dondé, director de Información de Televisa, reviró señalando que
la posición de Cofetel es para apoyar la alianza PRD-PAN.
“Es una pena que el tema se use políticamente para ganar votos”, opinó en su cuenta de Twitter @JTejado.
El senador panista Javier Lozano,
presidente de la Comisión de Comunicaciones, se subió al ring, pero no
para defender a Cofetel. En su cuenta de Twitter escribió:
“Todos los medios destacan el desastre
con el ‘apagón analógico’ en Tijuana. Fiel a su estilo @Mony_de_Swaan
minimiza los hechos. Qué pena”.
La comisión que preside Lozano acordó
llamar a comparecer a los comisionados de Cofetel y se pronunció a favor
de suspender el “apagón” hasta después del 7 de julio.
Lozano deslizó una posibilidad que es el
verdadero objetivo de la guerra de las televisoras contra el calendario
del llamado “apagón analógico” a nivel nacional:
“Si derivado de estas reuniones y de los
análisis que se realicen, se llega a la conclusión de que no son
realistas las fechas para el apagón analógico en todo el país y no lo
vamos a poder cumplir, se necesitará cambiar los transitorios de la
Constitución para que no sea diciembre de 2015 la fecha del apagón total
sino para extenderlo más tiempo”.
La recién aprobada reforma
constitucional en materia de telecomunicaciones y radiodifusión
estableció en uno de sus transitorios que la fecha para el “apagón
analógico” nacional será el 31 de diciembre de 2015, según estableció el
propio decreto presidencial de Felipe Calderón Hinojosa del 2 de
septiembre de 2010.
Ese mismo decreto ya había sido objeto
de una controversia constitucional impulsada por el entonces diputado
federal del PRI, Alfonso Navarrete Prida. Legisladores del PRI, PRD y
del PVEM acusaron al decreto de Calderón de “electorero, inoportuno y
carente de información” porque sólo 3 de los 27 millones de hogares en
México están preparados para recibir la señal digital.
La Suprema Corte de Justicia finalmente
resolvió el 14 de noviembre de 2011 que era legal el decreto de Calderón
y se mantenían las fechas estipuladas en el mismo.
Camino “accidentado” y de “ocurrencias”
Para el especialista e investigador de
la UAM-Xochimilco, Gabriel Sosa Plata, el proceso de transición hacia la
Televisión Digital Terrestre (TDT) ha sido “accidentado y de
ocurrencias según los tiempos políticos y las necesidades de la poderosa
industria televisiva”.
En un extenso ensayo, publicado en el libro Pensar la Televisión Pública, Sosa
Plata advierte que desde diciembre de 2011, luego de casi 8 años de
haber iniciado el proceso de transición tecnológica (a raíz del decreto
de julio de 2004), en el país sólo 76 estaciones comerciales operaban
digitalmente y 5 públicas.
En 2010, el Instituto Nacional de
Estadística, Geografía e Informática (INEGI), informó que sólo el 14 por
ciento de los 27 millones de hogares en México disponía de receptores
digitales, lo que finalmente ha beneficiado a Televisa y TV Azteca,
empresas que acaparan el 96 por ciento de las frecuencias analógicas y
no quieren ninguna competencia en este terreno.
En su ensayo, cuya copia obtuvo Proceso, Sosa
Plata establece una serie de errores, accidentes y “ocurrencias” en el
proceso de digitalización de la televisión que se han reflejado en el
episodio reciente de Tijuana:
- “Tanto la elección del estándar de TDT como la política a seguir, se
ha hecho sin discusiones públicas y abiertas, sin la participación
directa de la sociedad civil y considerando en esencia los puntos de
vista del Comité Consultivo de Tecnologías Digitales para la
Radiodifusión, creado en julio de 1999, y en el que sólo participan tres
representantes del gobierno y tres de la industria (la CIRT), con voz y
voto”.
- El acuerdo original del 2 de julio de 2004, durante el gobierno de
Vicente Fox, benefició a las televisoras porque el gobierno refrendó las
concesiones de televisión hasta el 31 de diciembre de 2021, es decir,
17 años más, a cambio de que aceptaran los plazos para el “apagón
analógico” estipulados en seis periodos que culminaban en 2021.
- Las televisoras salieron
beneficiadas porque también “el gobierno federal otorgó y ha seguido
otorgando a cada uno de los concesionarios y permisionarios un canal
adicional para las transmisiones digitales”. A estos canales se les
conocen como “canales espejos”. El acuerdo original es que las
televisoras devuelvan al Estado los canales analógicos originales.
- El decreto de Calderón, del 2 de
septiembre de 2010, acortó los plazos para el “apagón analógico”
disminuyéndolo de 2021 a 2015, sin previa consulta. También estableció
liberar la banda de 700 Mhz para el 2012 “y así posibilitar la
prestación de otros servicios de telecomunicaciones para favorecer el
uso eficiente de dicha banda”.
- Para que las televisoras
aceptaran los términos del decreto de Calderón, se hizo una nueva
reforma al acuerdo del 2004 que le permitió a las televisoras la
multiprogramación, es decir, la transmisión de diferentes señales en un
mismo canal.
La AMEDI también se pronunció en contra
de la multiprogramación. En un comunicado del 12 de septiembre de 2011
esta agrupación expresó que “la multiprogramación constituye un obsequio
de fin de sexenio al duopolio televisivo”. Y ejemplificó: Televisa
opera 2 canales nacionales y 2 regionales. Con la multiprogramación
podrá tener 16 o más con el mismo modelo de programación comercial. TV
Azteca, en lugar de sus 2 canales nacionales, podrá explotar más de 8
señales.
En síntesis, las televisoras no quieren
perder en ninguno de los escenarios. Sosa Plata concluye que “la falta
de políticas públicas en esta materia, las diferencias partidistas y
políticas en el Congreso de la Unión, la presión de las principales
televisoras para que la transición analógico-digital se lleve a cabo
bajo su agenda, entre otros factores, han contribuido a que la TDT
camine a paso lento y la estructura de alta concentración de frecuencias
en pocas manos –con sus efectos negativos en competencia y en la
calidad, diversidad y pluralidad de contenidos–, no tenga cambios
relevantes”.
Por lo pronto, las televisoras, más los
intereses electorales y la falta de organización de la Cofetel lograron
aplazar el “apagón analógico” en Tijuana por dos meses más. Al mismo
tiempo, también “congelaron” por unos días más la publicación en el
Diario Oficial de la Federación la reforma constitucional en
telecomunicaciones y radiodifusión aprobada por el Congreso
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