¡¡Exijamos lo Imposible!!
En marcha plan Obama
Lilia Arellano
Nuevas relaciones comerciales: EPN
Cambios y reglas para los extranjeros
Mucho discurso, pero pocos acuerdos
Piden a EU detener las deportaciones
Economía mexicana precipita la caída
“La esperanza vieja es la más dura de perder”: Elizabeth Barrett Browing
Es apabullante el comentario, numerosas las voces que hablan del futuro
de México, del 2018, año en el que pronostican que el país ocupará el
primer lugar en el trato comercial con los EU; en el presente se
encuentra después de China, primero, y Canadá como segundo. Señalan que
es esta la gran oportunidad que nuestro país ha esperado desde siempre y
que ahora se hará realidad.
Los argumentos para hablar de la próxima riqueza no se escatiman, pero,
al parecer, todos ellos carecen de memoria. Por lo pronto y como marco
de estas expresiones, están los pronunciamientos de ambos mandatarios
que redondean las opiniones de estos optimistas analistas financieros y
económicos.
En efecto son muchas las generaciones que se han puesto de acuerdo, en
su momento, sobre la forma errónea en la que se desaprovecharon
kilómetros de frontera con el vecino país que de siempre, se ha
caracterizado por un consumo mayoritario. Sin embargo, en esta etapa nos
encontramos con las modificaciones de leyes como la del Trabajo, la que
se refiere a las Finanzas y, obviamente, a la Fiscal que forman parte
del paquete de beneficios y no precisamente para todos los empresarios
sino para los inversionistas extranjeros, que esperan recibir después de
poner en oferta la mano de obra y respetar que utilidades e impuestos
sigan siendo manejados por el país de origen. Los cambios se han hecho
no para fortalecer el mercado interno y exportar, no para los capitales
nacionales, sino para los de afuera ante la imperiosa necesidad de
generar empleos vía la instalación de maquiladoras.
Estas reformas han llegado al extremo de permitir la compra de terrenos
de playas y fronterizos a los extranjeros, y con lo redondeado en el
terreno económico surgido en el primer día de la visita del presidente
de EU, Barack Obama, es demasiado claro que la estrategia del vecino va
encaminada a debilitar económicamente a China sacando de ese territorio a
sus principales empresas y traerlas México, donde el situarlas a lo
largo de la frontera y en sus propiedades, les ahorrará importantes
capitales, independientemente de que ya estamos con salarios mucho más
bajos que los que perciben los asiáticos, con una inexistente
supervisión fiscal, sin requerimientos de prestaciones para los
trabajadores al nulificarse las pensiones y, con la modificación a las
cuotas del IMSS, se eliminará también esa responsabilidad que se une al
ofrecimiento sobre los sindicatos que ya no serán problema porque la
contratación puede hacerse individual y por hora.
Habrá que tener presente que no es esta la primera ocasión en la que se
instalen maquiladoras en territorio mexicano. En el pasado reciente,
antes de China, así se vieron en la franja fronteriza, y en entidades
como Aguascalientes se construyeron, incluso, parques industriales que
tenían como objetivo principal el acaparar esas instalaciones.
Estas inversiones salieron ante la carga de exigencias por su negativa a
cubrir salarios que siendo mínimos tuviesen considerada la paga por
horas extras, por las prestaciones sociales, por las exigencias de los
sindicatos, por la carga tributaria y los requerimientos bancarios. Todo
eso ha quedado atrás y de ahí que se presente un panorama atractivo
para su retorno, que se une a las nuevas condiciones laborales con las
que operan los chinos y lo que ellos han logrado construir con el
sacrificio de sus trabajadores.
Y, tal y como lo mencionamos ayer, ya apareció el peine del desalojo de
la UNAM, los ofrecimientos sobre educación no se han hecho esperar. Sólo
que hay otro punto de observación. Barack Obama asistió a esta reunión
con asesores, pero no ha estado presente ninguno de los miembros de su
gabinete ni los líderes camerales de los partidos políticos. En esa
soledad no hay compromiso que tenga continuidad y diríase que ni la
seriedad necesaria, ya que no hay encomiendas salvo para con el
interlocutor.
En los EU no basta con la palabra pronunciada por su primer mandatario
para poner en marcha lo que se ofrezca, por lo que al parecer aún hay
tiempo para que el gobierno mexicano haga reconsideraciones y puntualice
las condiciones de operación para quedar bien con los ciudadanos y sus
empresarios primero, en lo otro hay condiciones inmejorables para hacer
tratos justos.
RELATOS Y DISCURSOS
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, llegó ayer a nuestro país
en medio de fuertes medidas de seguridad, a calibrar al presidente
Enrique Peña Nieto en una etapa temprana de su mandato y a reforzar el
enganchamiento de la economía de México a la estadounidense para que,
con la participación de Canadá, convertir a América del Norte en “la
región más dinámica y competitiva del mundo”.
El mandatario de la Nación más poderosa del mundo, que pierde
rápidamente terreno en el ámbito económico frente a los países
asiáticos, no llega en el mejor momento, pues la economía mexicana
resiente una recesión al crecer sólo 1% su PIB en el primer trimestre de
este año.
Por otra parte, la inflación repunta, y la recesión mexicana se debe, en
gran parte, a la decepcionante expansión de la economía estadounidense
que en ese periodo creció sólo 2.5% su PIB, cuando se esperaba cuando
menos un crecimiento de 3.0%. El presidente Enrique Peña Nieto aceptó
que los dos países deben incrementar su “complementariedad” y “mejorar
la eficiencia”, como lo calificó Barack Obama, en la relación comercial
bilateral que, en estos momentos, supera los 500 mil millones de dólares
al año, más de mil millones diarios los que también señalan que la
balanza es por mucho favorable a los EU, ya que las exportaciones
mexicanas han disminuido ostensiblemente, en tanto que las importaciones
abarcan ya prácticamente todos los productos de consumo básico y, por
ende, mayoritario.
sigue leyendo
No hay comentarios:
Publicar un comentario