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Homozapping
Peña Nieto, Salinas y la prensa internacional
Monitoreo Informativo
por Alejandro Navarrete
A pesar de lo exageradamente bien que varios medios y encuestadoras en el país han tratado a Enrique Peña Nieto aun desde antes de ser Presidente, no parece haber en México tanto entusiasmo por su gobierno como el que se ha desbordado en la prensa extranjera en las últimas semanas.
Medios estadounidenses como The New York Times, The Washington Post, The Wall Street Journal, Foreign Affairs, The Financial Times, Time y El País han escrito notas, reportajes o editoriales sumamente elogiosos de Peña Nieto y su nuevo gobierno.
También columnistas internacionales como el famoso Thomas Friedman, de The New York Times, han comprado la idea de un gobierno “reformador” que pinta para hacer de México, según dijo Friedman, “el poder económico más dominante del siglo 21”.
No parece
ser, sin embargo, que estemos frente a trabajos planeados de
investigación proactiva de los medios extranjeros, sino más bien frente a
un mayúsculo esfuerzo estratégico de “relaciones públicas” por parte del gobierno peñanietista.
“Peña Nieto ha hecho un buen trabajo de convencer a los extranjeros”, afirmó al respecto el columnista Andrés Oppenheimer en su texto “México está de moda, salvo en México” (El Nuevo Herald, 2 de marzo, 2013), agregando después “ahora tendrá que hacer lo mismo en casa”, al señalar un mayor escepticismo dentro del país.
Interesantemente, la estrategia de Peña Nieto de comenzar su gobierno con mensajes de aprobación del exterior coincide con la del ex Presidente Carlos Salinas de Gortari. Tanto Peña Nieto como Salinas llegaron a la Presidencia con necesidad de legitimidad y ambos, por lo visto, también coinciden en buscar que parte de ella llegue desde fuera.
David Luhnow, ex corresponsal de The Wall Street Journal en México, explica la época salinista con una frase que bien podría ser aplicada para estos primeros meses de Peña Nieto: “Carlos
Salinas era un experto para tratar a la prensa extranjera, lo hizo muy
bien proyectando la imagen de que México estaba cambiando…” (Contralínea, 2001).
En realidad, convencer más fácilmente a los extranjeros que a los mexicanos tiene lógica cuando las reformas que el gobierno busca realizar tienen que ver en una parte importante con abrir más sectores de grandes negocios (como el petrolero, ahora), a la inversión privada extranjera.
Quién sabe, eso sí, si los hechos, las cifras y datos duros al final sostengan las maravillas que las campañas de relaciones públicas pueden proyectar tanto en el extranjero como en el país.
“Las cosas no han cambiado, pero curiosamente se ven mejor… Ya convencieron a la prensa internacional; y, al parecer, también a buena parte de los mexicanos… aunque la economía crezca menos que el año pasado”, señalaba hace unos días el columnista financiero Carlos Mota sobre el tema (Milenio, 22 de marzo).
Lo cierto es que, en efecto, el gobierno de Peña Nieto ha disfrutado de que medios internacionales vean con otros ojos las mismas cifras macroeconómicas que ya tenía el gobierno anterior, de que Forbes haya descubierto súbitamente que el “Chapo” Guzmán no merece estar en su lista de millonarios o de que la prensa mexicana haya olvidado por semanas el tema de la inseguridad.
En contraste, la narrativa oficial del “Pacto por México” y las “grandes reformas” como la “educativa” o la de “telecomunicaciones”, parecen haber predominado en medios extranjeros y nacionales, mucho antes que den resultados o incluso que sean aprobadas por completo.
Al final, lo previsible es que, no sólo en el extranjero sino también en México, Peña Nieto siga la estrategia que lo llevó al poder y use las estrategias de imagen y propaganda mediática como un sostén esencial de su gobierno, buscando amplios márgenes de aprobación, como los tuvo Salinas aún el último día de su sexenio.
A los medios nacionales, ya el Presidente les alertó que espera que sean “equilibrados” comunicando no sólo lo que a juicio “no son buenas noticias” sino también “las muy buenas noticias que México debe conocer” (Proceso.com.mx, 6 de diciembre 2012).
La duda es si en el 2013 en el México de las redes sociales, del cuestionamiento mediático del #Yosoy132, de la diversidad de fuentes informativas, un gobierno podrá sostener, como hace 20 años, una imagen exitosa centrada en campañas propagandísticas en los medios extranjeros o nacionales.
Lo cierto es que ahora, a toro pasado, la prensa internacional, y ya no se diga la mexicana, habla muy distinto del ex Presidente Salinas de cómo lo hacía durante su sexenio…
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