¡¡Exijamos lo Imposible!!
Jenaro Villamil
Bebesaurio Verde, la anomalía política
Arturo Loría
Si Chabelo a sus varias décadas de edad
puede disfrazarse de niño y promover como “programa infantil” una
emisión dominical en Televisa dedicada al consumo de comida chatarra,
por qué no Jorge Emilio González Martínez,
a sus 41 años,
puede seguir
siendo denominado el Niño Verde cuando tiene una trayectoria
digna de dinosaurio político:
dos veces diputado federal,
dos veces
senador (
ahora por Quintana Roo),
sin ninguna iniciativa de ley que se
le recuerde y con muchos escándalos de junior en su trayectoria como heredero de una franquicia familiar que se vende al mejor postor (
al PRD,
al PAN y ahora al PRI).
De vez en vez, Jorge Emilio nos sorprende
con alguno de sus escándalos. En febrero de 2004 apareció en una
audiograbación cuando le pedía 1 millón de dólares a un empresario para
hacer trámites. Un coyote de lujo. El escándalo fue perdonado por
Televisa y TV Azteca y sepultado por los videoescándalos promovidos por
la televisora de Azcárraga Jean, por Salinas de Gortari y por Carlos
Ahumada.
Hace año y
medio, en vísperas de los comicios federales de 2012, la joven
extranjera Galina Chankova Chaneva “se cayó” (¿o fue arrojada?) en un
departamento de lujo en la zona hotelera de Cancún. Se celebraba una
fiesta típica de la pandilla de juniors que se han adueñado del presupuesto y de los grandes negocios de Cancún.
Resultó que ese y otros departamentos pertenecían a Jorge Emilio. El Bebesaurio Verde
se justificó diciendo que nunca estuvo en esa reunión. Y el caso fue
sepultado en la opacidad absoluta. A pesar de ese escándalo, el PRI lo
cobijó y aceptó que el dueño de la franquicia familiar llamada Partido
Verde fuera el candidato a senador por Quintana Roo. El convenio de
coalición para el 2012 con este partido incluyó una cesión importante de
candidaturas, incluyendo la de gobernador en Chiapas, Manuel Velasco.
Desde la llegada de Vicente Fox al poder,
el ascenso del PVEM ha sido imparable. Fue una creación original de
Manuel Camacho y de Marcelo Ebrard, cuando ambos gobernaban el DF en el
gobierno de Carlos Salinas. Necesitaban ambientalistas dóciles y
funcionales a su proyecto. Ebrard fue diputado federal por este partido.
Y luego se distanciaron. El PVEM rompió con el PRI y apoyó a Fox en la
campaña del 2000. A partir del 2006 se inauguró como el partido
franquicia de la telebancada.
El PVEM fue expulsado de la coalición de
partidos verdes de otros países, precisamente por sus plataformas a
favor de la pena de muerte a secuestradores, o sus apoyos a grandes
trasnacionales de los productos transgénicos. Bajo el argumento de
captar el voto joven, despistado y telegénico, el PVEM ha sabido
sobrevivir y convertirse en la cuarta fuerza política en el Congreso.
Incluso, ya tiene un cargo en el gabinete de Peña Nieto: el titular de
Semernat, Juan José Guerra Abud, fue el coordinador de la bancada de
este partido.
A varios meses de iniciada la presente
legislatura, al senador Jorge Emilio no se le recuerda por ninguna
participación destacada en la reforma laboral, en la reforma educativa o
en las discusiones sobre la Ley de Telecomunicaciones.
Mucho menos se ha pronunciado en la
Cámara Alta frente al proyecto Dragon Mart que se pretende construir
precisamente en Cancún, el municipio y la entidad que supuestamente
representa el Niño Verde, a pesar de la oposición de decenas de organizaciones ambientalistas.
A Jorge Emilio se le recordará este año por su “sabadazo” en el Torito y por convertir su caso en un Trending Topic en Twitter.
El junior violó
los límites del alcoholímetro después de una fiesta en Bosques de las
Lomas.
Cuando fue pillado por el operativo capitalino,
cambió su nombre,
como suelen hacer los pícaros que no quieren dejar su identidad.
Ahora
dice que fue para no “charolear” con su cargo como senador.
En El Torito tramitó un amparo de estos efímeros que dan los coyotes para
aquellos incautos que ignoran que esta sanción administrativa nunca ha
sido amparada por nadie. Pagó 2,300 pesos. Se quedó sólo seis horas y
salió de este sitio, en medio de un escándalo mediático digno del
folklore político.
En su peculiar cabroñol, Jorge Emilio habla no como legislador sino como un Junior que
se llena la boca con canicas y expresiones con franco problema de
sintaxis. En declaraciones a los medios dijo que tramitó el amparo
porque tenía hambre, sed y frío. Pobrecito. No es lo mismo El Torito que el Mercedes Benz que conducía. Y que “cumplirá” con su sanción el próximo sábado.
El caso del Niño Verde ha sido
utilizado por algunos medios electrónicos y comentaristas de éstos para
emprenderla contra el Senado. ¡Vergüenza para el Senado!, claman los
ruidosos del espectro radioeléctrico. Lo que obviamente no dicen es que
el PVEM se ha convertido en el caballo de Troya ideal para que las
televisoras formen su “telebancada” y protejan sus interese bajo el
logotipo del partido del Tucán.
Tampoco dicen que el PVEM se convirtió en
la cuarta fuerza partidista del país, con Jorge Emilio al frente,
gracias al apoyo grosero de Televisa y TV Azteca a través de “publicidad
encubierta” para promover las causas más groseras de este partido como
la pena de muerte a secuestradores.
La impunidad con la que ha actuado El Bebesaurio Verde sólo
es producto de una red de intereses que tanto el PRI, como el grupo de
Peña Nieto y las televisoras han cobijado para que les sirva no como
“partido bisagra” sino como franquicia que se vende al mejor postor.
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