Es motivo de orgullo que, a pesar de que han querido destruirnos, no lo han logrado ni lo lograrán. No sólo porque tenemos autoridad moral, sino porque las mujeres y los hombres que participamos en esta lucha, profesamos un profundo amor por nuestros semejantes y, más allá de alevosías y frente a todo tipo de adversidades, mantenemos la firme convicción de construir una sociedad más justa, más humana y más igualitaria
Es motivo de orgullo que, a pesar de que han querido destruirnos, no lo han logrado ni lo lograrán. No sólo porque tenemos autoridad moral, sino porque las mujeres y los hombres que participamos en esta lucha, profesamos un profundo amor por nuestros semejantes y, más allá de alevosías y frente a todo tipo de adversidades, mantenemos la firme convicción de construir una sociedad más justa, más humana y más igualitaria
jueves, 28 de febrero de 2013
Antología del Chascarrillo
Embellecedoras
duchas de leche
Por Eliseo Martín Burgos
Históricamente, a las mujeres nada las detiene en busca de productos de belleza y la leche ha sido uno de ellos. La primera de estas damas que usó la leche fue Popea, la licenciosa esposa de Nerón. Se dice que sus sirvientes ordeñaban a más de cuatrocientas burras diariamente. La hermana de Napoleón, Paulina Bonaparte, primero se sumergía en una tina de leche caliente y luego se daba un regaderazo de leche fría.
Ya en el siglo pasado la actriz Claudette Colbert también solía dar sus baños de leche para mantener la lozanía de su piel, pero como en Hollywood era muy difícil abastecer su tina de baño con tanta leche natural, todos los días sus asistentes le preparaban la ducha con leche en polvo “Klim”, marca que entonces existía; la diluían en agua caliente y luego, a bañarse.
Antología del Chascarrillo
Segunda Epoca
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