Es motivo de orgullo que, a pesar de que han querido destruirnos, no lo han logrado ni lo lograrán. No sólo porque tenemos autoridad moral, sino porque las mujeres y los hombres que participamos en esta lucha, profesamos un profundo amor por nuestros semejantes y, más allá de alevosías y frente a todo tipo de adversidades, mantenemos la firme convicción de construir una sociedad más justa, más humana y más igualitaria
Es motivo de orgullo que, a pesar de que han querido destruirnos, no lo han logrado ni lo lograrán. No sólo porque tenemos autoridad moral, sino porque las mujeres y los hombres que participamos en esta lucha, profesamos un profundo amor por nuestros semejantes y, más allá de alevosías y frente a todo tipo de adversidades, mantenemos la firme convicción de construir una sociedad más justa, más humana y más igualitaria
martes, 19 de febrero de 2013
Antología del Chascarrillo
Choque de titanes
Eliseo Martín Burgos
El legendario y maravilloso novelista francés Julio Verne tropezó un día con un voluminoso caballero, que materialmente le cerraba el paso y al no poder avanzar, el novelista le dijo:
-Por sus dimensiones, caballero, se diría que acaba de cenar muy bien.
Ofendido, el obeso desconocido le contestó:
-Pues sí, caballero, nada menos que acabo de comer una tortilla con tocino a la nantecina.
Verne, al oír cómo alababan un platillo típico de su ciudad natal adoptó un tono cordial:
-Amigo, las tortillas a la nantecina de París no son buenas, les falta azafrán.
-Parece un conocedor, ¿sabes cocinar? – exigió el gordo.
-Por supuesto –dijo Verne-. Soy de Nantes.
-Me lo va usted a demostrar en la cocina. Le espero el viernes en mi casa.
El gordo era nada menos que Alejandro Dumas.
Antología del Chascarrillo
Segunda Epoca
No hay comentarios:
Publicar un comentario