Es motivo de orgullo que, a pesar de que han querido destruirnos, no lo han logrado ni lo lograrán. No sólo porque tenemos autoridad moral, sino porque las mujeres y los hombres que participamos en esta lucha, profesamos un profundo amor por nuestros semejantes y, más allá de alevosías y frente a todo tipo de adversidades, mantenemos la firme convicción de construir una sociedad más justa, más humana y más igualitaria
Es motivo de orgullo que, a pesar de que han querido destruirnos, no lo han logrado ni lo lograrán. No sólo porque tenemos autoridad moral, sino porque las mujeres y los hombres que participamos en esta lucha, profesamos un profundo amor por nuestros semejantes y, más allá de alevosías y frente a todo tipo de adversidades, mantenemos la firme convicción de construir una sociedad más justa, más humana y más igualitaria
miércoles, 2 de enero de 2013
Esperemos ver que nos dejan los 3 reyes
Por Esto!
Los mexicanos enanos, prepotentes y arrogantes
Roldán Peniche Barrera
Yucatán Insólito
—¿Cómo está eso, maestro? –indago ante el Profr. Vallejo— ¿Son los mexicanos chaparros, prepotentes y arrogantes?
—¡Hombre! ¿Qué esperaba Ud.? –protesta— y lo digo yo que conviví pero no concebí con ellos, señor... Y es que en los años de estudios en Mexicalpan de las Tunas, recuerdo haber leído una obra crítica de los defectos de los habitantes de nuestro país, mi señor.
—¿Cómo se llamaba el dichoso libro? –pregunto.
-“El mexicano enano” –responde—, en el que se describen los defectos de las personas que llegan a ocupar cargos medianos o superiores.
—Se les sube el puesto –digo—, como vulgarmente los definimos.
—Sí, cierto –dice en yucateco- en el caso de un incidente cualquiera, olvidan que son servidores públicos y se sienten nuevos moctezumas, miembros de la realeza. Una conducta delincuencial los lleva a hacer la pregunta estúpida: —“¿Qué, no sabes quién soy, hijo de la chin chan chun?”, mugen los malditos semovientes con un tonillo de “¡órale cabrón!”, cosa que me irrita y me deja de muy mal humor, señor... A veces dicen haciéndose los interesantes: “¡Orita voy a hablar con el presidente!”.
—¿De ese tamaño, profesor? –pregunto.
—¡De ese tamaño! –grita enfurruñado—. El mexicano enano busca a toda costa evitar la detención de su compadre, no obstante haber sido el culpable del accidente y que hay una persona seriamente herida y a punto de “tesar” o “colgar los tennis”. ¡Ay, mi madre!
—Qué cosa tan terrible, querido maestro –le indico.
—Por eso estamos como estamos, señor –abunda sobre el tema-, por esa maldita razón nuestro país no progresa, con tantos enanos en puestos medianos y de alto, altísimo nivel federación –apunta-; y los ciudadanos nos irritamos, ya lo dije, y a mí, en lo particular, se me ponen los pelos de punta y comienzo a pegar de “coces” y de “coscorrones” a los que me rodean, y eso ocurre cada vez que alguien tiene el chiste de informarme de estas conductas delincuenciales y demenciales. ¡Sí señor!
—¿Y los enanos qué? –doy por concluida la entrevista.
—Deberían terminar en chirona —dice furioso-, en el bote, en el calabozo, en las Islas Marías, en San Quintín o en la peor bartolina... ¡Ay, ay! porque no merecen desempeñarse como funcionarios. ¡Baldón para ellos, baldón eterno! ¡Ay, ay... Dios de los cielos!.
Feliz Año en cuatro idiomas
Pero el Profr. Vallejo, antes de despedirse, deseó enviar a sus lectores sus felicitaciones con motivo del Año Nuevo en cuatro idiomas, lo que demuestra su calidad de políglota:
Maya: “Ten kin dzibóltic tech Humppel Maloob Tumben Haab”
Francés: “Je te souhaite une Bonne Année”
Inglés: “I wish you a very good New Year”
Español: “Feliz Año Nuevo 2013, cuates queridos…”.
(Gracias, maestro).
Antes eran los Reyes Magos
En otros tiempos, además de la Navidad y el Año Nuevo, los niños recibían regalos dizque de los Tres Reyes Magos, el 6 de enero. No existía la famosa rosca de muñequitos y los chiquillos aguardaban los juguetes que les traerían los santos reyes magos, que al decir de don Ramón Vallejo, ni son santos, ni son reyes ni son magos. Allá él...
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