Es motivo de orgullo que, a pesar de que han querido destruirnos, no lo han logrado ni lo lograrán. No sólo porque tenemos autoridad moral, sino porque las mujeres y los hombres que participamos en esta lucha, profesamos un profundo amor por nuestros semejantes y, más allá de alevosías y frente a todo tipo de adversidades, mantenemos la firme convicción de construir una sociedad más justa, más humana y más igualitaria
Es motivo de orgullo que, a pesar de que han querido destruirnos, no lo han logrado ni lo lograrán. No sólo porque tenemos autoridad moral, sino porque las mujeres y los hombres que participamos en esta lucha, profesamos un profundo amor por nuestros semejantes y, más allá de alevosías y frente a todo tipo de adversidades, mantenemos la firme convicción de construir una sociedad más justa, más humana y más igualitaria
miércoles, 2 de enero de 2013
Antología del Chascarrillo
Por Esto!
Para castrarse, hace falta genitales
Elíseo Martín Burgos
El emperador de China, Yongle, llamado Zhu-Di, que vivió entre 1360 y 1424, tenía un inmenso harén al que nadie tenía acceso; ni siquiera Gan Bing, comandante supremo de sus ejércitos y ministro de toda su confianza.
En una ocasión, cuando el emperador había salido de cacería, los enemigos del ministro, con el fin de hacerle caer de la gracia ante su soberano, le tendieron una trampa que lo obligo a entrar al harén.
El comandante, al verse perdido, no dudó en castrarse para salvar su honor. Cuando el soberano le recriminó su grave falta, el militar le entregó una bolsa con sus genitales. Su castración le valió el cargo más elevado, como jefe de los eunucos, muy alto cargo burocrático.
Antología del Chascarrillo
Segunda Epoca
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