Hoy si ya ni chingan dictadura descarada

¡¡Exijamos lo Imposible!! 
Diario Liberatd
Editorial

De la dictadura descarada.

El que el PRI vaya a demandar al Senado de la República porque no aceptan que los encargados de la seguridad (¿cuál seguridad, habría que preguntarse?) tengan que ser ratificados por ellos y además rendirles cuentas de su desempeño, es una prueba más de represión hacia el Pueblo.

De por sí que no podemos decir que vivimos ni en una República, ni por consiguiente en un estado de Derecho, pues al de facto no haber división de Poderes, la Justicia se aplica “a modo”.

Es pertinente volver a mencionar lo que en este espacio hemos siempre enunciado: la imperiosa necesidad de que el Poder Judicial sea, al igual que los otros dos Poderes, electo por el Pueblo.

Y de paso también los Procuradores, de la República y de los Estados, que al ser designados obedecen ciegamente las instrucciones que les da el Ejecutivo en turno.

A tal grado de convertirse en “gatilleros a sueldo”, o en “los brazos armados” listos para detener, acusar y encarcelar a cualquiera, bajo cualquier tipo de acusación, por ilegal o descabellada que sea.

Y ejemplos de sobra hemos tenido con la señora Maricela Morales Ibáñez, capaz de arraigar durante más de un año a Presidentes Municipales (con fuero)

O con el tristemente célebre Bazbaz, a quien el entonces Gobernador Peña Nieto le dio indicaciones aberrantes en el caso de la pequeña Paulette para que no se castigara a los asesinos de la criatura.

Y la lista sería interminable; pero podemos rescatar de la memoria el caso de Joaquín Hernández Galicia “La Quina”, a quien le sembraron un cadáver para acusarlo de homicidio, pero al muerto lo echaron en la casa de junto.

Sin soslayar lo sucedido con la francesa Florance Cassez. O el caso del General Tomás Ángeles, acusado de fomentar el narcotráfico dentro del Colegio Militar cuando fue su Director. Acusación no infundada, sino totalmente descabellada.

Verdaderas “joyas de injusticia” llevadas a cabo por la citada Marisela Morales, a quien no le importó meter a la cárcel a gente inocente con tal de atender las indicaciones del nefasto Calderón.

Lo que se presta para recordar las palabras del “Gran Corso”, Napoleón Bonaparte (1769 – 1821) quien dijo que “Las mujeres son siempre mejores o peores que los hombres”.

La Constitución del 57 contemplaba que el Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación debía ser electo por el Pueblo. Así fueron electos el muy ilustre Don Valentín Gómez Farías, y el Benemérito de las Américas, Don Benito Pablo Juárez García.

Y mientras esa figura no regrese, ampliada a todos los principales Magistrados (los diputados son 500 y no sirven para mucho) pocas esperanzas podremos tener los mexicanos para vivir en un Estado donde las Leyes sean iguales para todos.

Pero el pretender que los encargados de la seguridad nacional sean escogidos por la voluntad de una sola persona, sin más trámite; solo hace ver que lo que nos espera ya no es una dictadura perfecta, sino una dictadura descarada, en la que nadie podrá estar seguro, ni dentro de su propia casa.