Es motivo de orgullo que, a pesar de que han querido destruirnos, no lo han logrado ni lo lograrán. No sólo porque tenemos autoridad moral, sino porque las mujeres y los hombres que participamos en esta lucha, profesamos un profundo amor por nuestros semejantes y, más allá de alevosías y frente a todo tipo de adversidades, mantenemos la firme convicción de construir una sociedad más justa, más humana y más igualitaria
Es motivo de orgullo que, a pesar de que han querido destruirnos, no lo han logrado ni lo lograrán. No sólo porque tenemos autoridad moral, sino porque las mujeres y los hombres que participamos en esta lucha, profesamos un profundo amor por nuestros semejantes y, más allá de alevosías y frente a todo tipo de adversidades, mantenemos la firme convicción de construir una sociedad más justa, más humana y más igualitaria
viernes, 2 de noviembre de 2012
Ricardo Rocha demoler esa pinche estatua
Sinembargo
Aquí mismo, sin embargo, nos hemos sumado al creciente clamor popular en contra de la ya tristemente célebre y grotesca estatua de un hombre llamado Heydar Aliyev, al que muchos aclaman como libertador y fundador de la República de Azerbaiyán, antes soviética y ahora próspera nación petrolera; aunque para otros se trate de un tiranuelo peliculesco devenido en versión caucásica del sultán de Brunei, ese al que sus súbditos le regalan cada uno su peso en oro y piedras preciosas.
Demoliciones urgentes
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