¿La toma de posesión… en última instancia en el baño?
Alvaro Cepeda Neri
Conjeturas
Las
más de 700 reformas, adiciones y contrarreformas hechas a la
Constitución de 1917, hacen de ella un pálido reflejo de lo que fue a su
vez, resultado de la reforma a la Constitución gloriosa de 1857. Las
reformas-adiciones al Art. 87, como tablita salvadora ofrecen tres
opciones para la toma de posesión del próximo Presidente de la
República… si no es que el TRIFE anula las elecciones; y como en 1857 el
presidente de la Suprema Corte (¡y Juárez salvó a la República!), asuma
la presidencia interina para nueva convocatoria a las urnas dentro de
14 o 18 meses. Y tras los desaciertos del IFE, la compra de votos y la
manipulación de las encuestadoras con Televisa y Tv-Azteca, este
columnista se inclina por esa solución.
Y es que para apagar el malestar político, los dimes y diretes entre el
PRI y el PRD, con sus alianzas, se debe transparentar una segunda vuelta
(completando la Reforma Democrática y Republicana beltronista), para
que la legalidad restaure la confianza y la Nación otorgue legitimidad.
No parece que el TRIFE se incline por esa solución, abonando más
combustible a la crisis política asediada por el recrudecimiento de la
crisis-recesión económica, la desesperación social a causa del desempleo
masivo, el empobrecimiento y los salarios de hambre mermados por la
explosiva alza de los precios. Así que si prospera el golpismo anunciado
por la mayoría de los magistrados para darle una victoria pírrica a
Peña, éste tiene cuatro opciones para que Calderón le entregue la Banda
Presidencial (toco madera para que los dioses iluminen a los magistrados
o entraremos de lleno al estallamiento político).
Una es ante el pleno del Congreso o Poder Legislativo Federal. Incluso
si quien tomara posesión en ese recinto fuera López Obrador, priistas y
verdes lo impedirían; tal y como los seguidores de AMLO querrán y podrán
echarle a perder el acto a Peña. En ese caso la toma de posesión sería
ante los titulares de las mesas directivas de las dos Cámaras, en algún
recinto del Congreso o en lugar que se acuerde. La tercera opción es que
el Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación le tome
protesta en su sede, en Los Pinos, o en algún otro lugar judicial
federal. Como se ve, la “tablita salvadora” para celebrar la ceremonia
(que ya nada tiene de solemne), son salidas al callejón del Congreso,
para ungir al mexiquense quien no duerme porque le echaron a perder su
fiesta.
Y recordando que para eludir las protestas estudiantiles en la
Universidad Iberoamericana (que siguen crescendo), Peña se refugió en un
sanitario mientras sus estrategas Luis Videgaray y David López decidían
cómo huir, la cuarta opción es que Peña puede tomar posesión y rendir
protesta en el sanitario del mismo Congreso, o en alguna sala donde
sesionan las mesas directivas de la Suprema Corte, con tal de hacerla
efectiva y contra viento y marea de las protestas populares que también
están dirigidas contra Calderón, protagonista por última vez, ya que
tiene que entregarle, indirectamente, la Banda a Peña… o al interino. La
política como espectáculo.
cepedaneri@prodigy.net.mx
No hay comentarios:
Publicar un comentario