viernes, 3 de agosto de 2012

Mejor en el templo de San Judas Tadeo

¡¡Exijamos lo Imposible!! 
¿La toma de posesión… en última instancia en el baño?
Alvaro Cepeda Neri

Conjeturas


Las más de 700 reformas, adiciones y contrarreformas hechas a la Constitución de 1917, hacen de ella un pálido reflejo de lo que fue a su vez, resultado de la reforma a la Constitución gloriosa de 1857. Las reformas-adiciones al Art. 87, como tablita salvadora ofrecen tres opciones para la toma de posesión del próximo Presidente de la República… si no es que el TRIFE anula las elecciones; y como en 1857 el presidente de la Suprema Corte (¡y Juárez salvó a la República!), asuma la presidencia interina para nueva convocatoria a las urnas dentro de 14 o 18 meses. Y tras los desaciertos del IFE, la compra de votos y la manipulación de las encuestadoras con Televisa y Tv-Azteca, este columnista se inclina por esa solución.

Y es que para apagar el malestar político, los dimes y diretes entre el PRI y el PRD, con sus alianzas, se debe transparentar una segunda vuelta (completando la Reforma Democrática y Republicana beltronista), para que la legalidad restaure la confianza y la Nación otorgue legitimidad. No parece que el TRIFE se incline por esa solución, abonando más combustible a la crisis política asediada por el recrudecimiento de la crisis-recesión económica, la desesperación social a causa del desempleo masivo, el empobrecimiento y los salarios de hambre mermados por la explosiva alza de los precios. Así que si prospera el golpismo anunciado por la mayoría de los magistrados para darle una victoria pírrica a Peña, éste tiene cuatro opciones para que Calderón le entregue la Banda Presidencial (toco madera para que los dioses iluminen a los magistrados o entraremos de lleno al estallamiento político).

Una es ante el pleno del Congreso o Poder Legislativo Federal. Incluso si quien tomara posesión en ese recinto fuera López Obrador, priistas y verdes lo impedirían; tal y como los seguidores de AMLO querrán y podrán echarle a perder el acto a Peña. En ese caso la toma de posesión sería ante los titulares de las mesas directivas de las dos Cámaras, en algún recinto del Congreso o en lugar que se acuerde. La tercera opción es que el Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación le tome protesta en su sede, en Los Pinos, o en algún otro lugar judicial federal. Como se ve, la “tablita salvadora” para celebrar la ceremonia (que ya nada tiene de solemne), son salidas al callejón del Congreso, para ungir al mexiquense quien no duerme porque le echaron a perder su fiesta.

Y recordando que para eludir las protestas estudiantiles en la Universidad Iberoamericana (que siguen crescendo), Peña se refugió en un sanitario mientras sus estrategas Luis Videgaray y David López decidían cómo huir, la cuarta opción es que Peña puede tomar posesión y rendir protesta en el sanitario del mismo Congreso, o en alguna sala donde sesionan las mesas directivas de la Suprema Corte, con tal de hacerla efectiva y contra viento y marea de las protestas populares que también están dirigidas contra Calderón, protagonista por última vez, ya que tiene que entregarle, indirectamente, la Banda a Peña… o al interino. La política como espectáculo.

cepedaneri@prodigy.net.mx

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