Es motivo de orgullo que, a pesar de que han querido destruirnos, no lo han logrado ni lo lograrán. No sólo porque tenemos autoridad moral, sino porque las mujeres y los hombres que participamos en esta lucha, profesamos un profundo amor por nuestros semejantes y, más allá de alevosías y frente a todo tipo de adversidades, mantenemos la firme convicción de construir una sociedad más justa, más humana y más igualitaria
Es motivo de orgullo que, a pesar de que han querido destruirnos, no lo han logrado ni lo lograrán. No sólo porque tenemos autoridad moral, sino porque las mujeres y los hombres que participamos en esta lucha, profesamos un profundo amor por nuestros semejantes y, más allá de alevosías y frente a todo tipo de adversidades, mantenemos la firme convicción de construir una sociedad más justa, más humana y más igualitaria
jueves, 28 de junio de 2012
Televisa el gran enemigo de la democracia
Juan José Morales
Impacto Ambiental
No sé si, por una caprichosa y retorcida interpretación de la llamada veda electoral, alguien diga que ya no es posible publicar nada sobre las nuevas revelaciones del diario británico The Guardian —conocidas apenas anteayer por la noche— acerca de los convenios secretos entre “cierto candidato” (dejémoslo así para no incurrir en una posible falta) y Televisa para apoyar a aquél y a la vez atacar a sus adversarios de otros partidos. Sin embargo, creo que se trata de un asunto muy grave, que va más allá de lo puramente electoral y atañe a los fundamentos y la esencia misma de la democracia, de la organización social y de las instituciones que rigen la vida de la nación. Es una cuestión demasiado importante para dejarla de lado en ningún momento, mucho menos en vísperas de unas elecciones cuyos resultados dependerán en buena medida de los hechos denunciados por el diario londinense.
Como se sabe, las nuevas revelaciones —sumadas a las anteriores— han puesto de manifiesto que durante años los mexicanos estuvimos sometidos a una campaña encubierta, clandestina, organizada y ejecutada como una clásica operación de guerra sicológica, mediante la cual se nos saturaba con información supuestamente de carácter noticioso, objetivo e imparcial, pero en realidad encaminada a fortalecer la imagen de un candidato y su partido, y pagada por ellos mismos. Paralelamente, y como complemento de lo anterior, se nos sometía a información del mismo tipo destinada a menoscabar la imagen de los posibles oponentes de ese candidato. Todo ello a través de la televisión y de medios de Internet como Youtube, por los cuales se difundían videos aparentemente divertidos y espontáneos pero elaborados con los propósitos señalados.
En pocas palabras: hemos visto cómo puede establecerse una colusión entre el poder económico y los medios de comunicación encaminada a marcar el rumbo político de México, mediante la manipulación del electorado. Una confabulación entre el poder del dinero —que puede, por lo demás, ser de oscuro o ilícito origen— y de los grandes medios de comunicación, para influir sobre los electores, moldear a su conveniencia la opinión pública y tratar de decidir el resultado de unos comicios.
Lo que los documentos dados a conocer por el prestigiado rotativo británico nos muestran, en suma, es que la democracia puede convertirse en mera ficción si no existen impedimentos para que quien cuente con dinero suficiente maneje a su antojo la información pública.
Con ello se prostituyen los objetivos y la esencia misma de la democracia, y se niega a los ciudadanos la libertad de decidir puesto que por un lado se les oculta información real y por el otro se les ofrece información tendenciosa, amañada y, si no abiertamente falsa, al menos sesgada o incompleta.
Las revelaciones de The Guardian, en fin, vienen a demostrar lo justa y atinada que es la demanda principal del movimiento #YoSoy132 respecto a la democratización de los medios de comunicación.
Comentarios: kixpachoch@yahoo.com.mx
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