Una de las vertientes en la estrategia de los publicistas de Enrique Peña Nieto, fue presentarlo como un candidato joven, dinámico, elegante, apuesto, seductor, con una bella esposa, emprendedor, moderno, triunfador, con una meteórica carrera política, que encarna la fresca y atractiva imagen del éxito y ofrece un futuro brillante. En contraposición, las televisoras y los comentaristas de prensa, radio y televisión pagados por Peña Nieto, como Joaquín López Dóriga y Oscar Mario Beteta —prueba de que fueron pagados son los “apoyos informativos” por más de nueve millones de pesos que éstos personajes recibieron—, se mofan sistemáticamente de López Obrador, lo ridiculizan y lo presentan como un viejo canoso, de rostro adusto, mal encarado, amargado, fatigado, poco atildado en su vestimenta, con ideas y propuestas anticuadas, que no piensa en el futuro sino sólo vive con la mente en el pasado, rumiando la amargura de su derrota en 2006.
La idea era que, con este manejo de imagen, se podría —como se dice en la jerga de la mercadotecnia— “posicionar” a Peña Nieto en la mente de los 28 millones de jóvenes que eran niños en los tiempos del PRI y convertirlo en su opción electoral. Así, tras los comicios, cuando esos votantes juveniles despertaran a la realidad, se encontrarían con que el dinosaurio ya estaba de nuevo ahí.
El manejo de imagen, por lo demás, era sólo una de las vertientes en la estrategia de los promotores de Peña Nieto. Otra es el manejo de las encuestas. Tras seis años de una intensa y sostenida campaña publicitaria en prensa, radio y televisión —en la cual, como reveló Jenaro Villamil, se invirtieron más de mil 400 millones de pesos de los fondos públicos— EPN era ya lo bastante conocido y popular —sobre todo porque simultáneamente durante esos seis años se mantuvo un bloqueo informativo casi total sobre López Obrador—, como para que pudieran presentarse encuestas que lo ubican en primer lugar en las preferencias de voto. A partir de entonces, se ha venido manejando machaconamente la idea de que su triunfo en las elecciones es irremediable, que su amplia ventaja se mantiene sin mella, y que ni Josefina Vázquez Mota ni —mucho menos— López Obrador tienen la menor posibilidad de vencerlo. Incluso, José Cárdenas, conductor de un noticiario radiofónico en cadena nacional, dictaminó solemnemente hace unos días: “Este arroz ya se coció”, anticipando así la —según él— la inevitable victoria de Peña Nieto.
Pero parece que los publicistas de Peña Nieto menospreciaron la capacidad de reflexión y análisis no solamente de los jóvenes sino de los mexicanos en general, y las cosas no les funcionaron como esperaban. En un hecho inesperado y sin precedentes en la historia de México, la candidatura de Peña Nieto ha provocado no sólo rechazo, sino franco repudio. Jamás un candidato presidencial había logrado que más de 45 mil personas en la capital de la República y otras decenas de miles en diferentes ciudades del país, se lanzaran a las calles para manifestarse contra él. Y esa movilización —hay que recalcarlo— no fue organizada por ningún grupo o partido sino que ocurrió de manera espontánea, en respuesta a una difusa convocatoria que circuló de boca en boca y —sobre todo— por las redes sociales. Y hay que recalcar también que entre los manifestantes predominaban los jóvenes, aunque los había también de todas las edades.
La tónica general en las manifestaciones anti-Peña es el repudio a los intentos de los grandes medios informativos de imponer la candidatura de Peña Nieto. En tiempos no muy lejanos, un lema que se repetía estruendosamente en las manifestaciones era “prensa vendida”, por referencia a la sumisión que la casi totalidad de los periódicos —y por extensión la radio y la televisión— mostraban hacia el gobierno. Hoy, el lema podría ser “tele vendida”, por el predominio que en materia de información ha adquirido este medio.
¿Qué sucederá en las próximas semanas? No creo que lo del viernes haya sido llamarada de petate, aunque los comentaristas a sueldo de Peña Nieto traten de minimizarlo. Más bien pienso que estamos ante la clásica bola de nieve que ya comenzó a rodar.
Comentarios: kixpachoch@yahoo.com.mx
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