Juan José Morales
Escrutinio
Tal vez sea demasiado temprano para hacer un análisis a fondo de lo que ha estado ocurriendo en el ambiente electoral durante la última semana y el impacto que ello tendrá en la vida política y social del país. Pero lo que sí parece evidente desde ahora es que un considerable número de ciudadanos —en especial jóvenes y particularmente estudiantes, aunque también gente de todas las edades y ocupaciones— ha iniciado un movimiento político no partidista pero sí orientado hacia el candidato de la izquierda, López Obrador, y que para ello están utilizando novedosas formas de difusión y organización.
Si se observan las fotografías de las grandes manifestaciones de los pasados días sábado, domingo y lunes en la capital de la República y en diversas ciudades del país —marcha contra Peña Nieto la primera, marcha pro AMLO la del domingo, y concentración estudiantil en favor del mismo la del lunes 21— se advertirá la ausencia de emblemas de partidos políticos y de lemas en favor de éstos. Hubo profusión de mantas, cartulinas y otros tipos de letreros, y derroche de ingenio en su elaboración. Pero estuvieron ausentes las banderas, pendones, gallardetes, gorras y camisetas con logotipos y nombres de candidatos y partidos, y toda la abundante parafernalia de ese tipo habitual en los mítines políticos. Por supuesto, tampoco hubo los típicos “acarreados” con su pase de lista, ni repartos de tortas y refrescos.
Otro detalle notable fue que ninguna de las tres movilizaciones estaba programada. Tampoco fueron anunciadas a través de los grandes medios de comunicación. En los tres casos, las convocatorias se hicieron —como señalábamos en nuestro comentario de ayer— con un mínimo de antelación y de manera informal, difusa, sin que se supiera bien a bien dónde, cuándo ni cómo se originaron. Algo similar ocurrió con el mitin internacional, que si bien nació a partir de la idea de los simpatizantes de AMLO residentes en Francia, cundió rápidamente y se extendió a decenas de ciudades del extranjero.
Y es también importante señalar que en esa rápida y masiva difusión de las convocatorias, tuvieron un papel fundamental las redes sociales, que por primera vez se utilizan en México no sólo para diseminar información y opiniones a la manera tradicional, sino como una herramienta de intercomunicación y organización.
Los expertos en la materia sin duda analizarán más a fondo este fenómeno, pero —repetimos— parece que ha surgido un movimiento político, al margen de los partidos tradicionales, que tiene sin embargo una doble y muy clara orientación: por un lado, el rechazo a la posibilidad de que el PRI vuelva al poder —ahora con sus satélites Verde y PANAL—, y por el otro el apoyo a la candidatura de López Obrador, pero no a través de los partidos que lo postulan, y hasta podríamos decir que a pesar de ellos.
Esto último cobra singular importancia si se recuerda que AMLO logró la candidatura gracias al apoyo popular que forjó con su persistencia y tenacidad durante más de cinco años de incesantes recorridos por el país y que se materializó en el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena). Si triunfa en las elecciones del primero de julio, tanto Morena como el nuevo movimiento ciudadano que parece estar organizándose y consolidándose le permitirán tener el apoyo de masas que requiere para realizar cambios reales y profundos.
Comentarios: kixpachoch@yahoo.com.mx
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