Al igual que el Popocatépetl a punto de estallar con sus exhalaciones de humo, ceniza, vapor de agua y lava, que se esparcen por todo el Valle de México (Puebla, Estado de México, Morelos, Tlaxcala y el Sur de la capital del país, por Milpa Alta y Xochimilco), podría decirse que otro volcán está por abortar, por la acumulación de problemas sociales: pobreza y desempleo. Políticos: elección presidencial y casi la totalidad del Congreso de la Unión. Económicos: alza de precios, cierre de empresas, precipitada devaluación de la moneda y 15 millones sobreviviendo en el mercado informal… Este volcán puede arrastrarnos a una revuelta civil, precipitar el golpe de Estado en ciernes con el gobierno fallido de Calderón o, de plano, a una nueva Revolución contra los abusos del nuevo porfirismo del PAN, los resabios corruptos del PRI y un PRD que con Ebrard en el Distrito Federal, nada en los abusos y la corrupción.
Aunado a esto, en la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, cuyo titular es Dionisio Pérez Jácome, el médico José Valente Aguilar Zínser (otra de las familias panistas, como la de los Gómez-Mont, los Zavala Gómez del Campo, etc.), director general de Protección y Medicina Preventiva del Transporte Aéreo, Carretero, Marino, con diez años en el cargo, además de sus abusos administrativos, amenazas, despidos arbitrarios, y jubilaciones y retiros anticipados sin las prestaciones de ley, está empeñado en desaparecer esa dirección y privatizar sus servicios de inspección médica en el país, en una maniobra que apesta a corrupción.
Casi todos los empleados de esa dirección, han denunciado estas maniobras, pero las que recibe Pérez Jácome (junior de un priísta, para jugar en dos pistas, no vaya a ser que gane Peña, ya muy dudoso, pues López Obrador le pisa los talones), las tira a la basura como juez y parte que, por órdenes de Calderón, defiende el médico de marras. Han recurrido a la Auditoría Superior de la Federación y ésta se lava las manos aduciendo que no tiene presupuesto para investigar el caso. Y las denuncias enviadas a Los Pinos y Calderón, son devueltas a Pérez Jácome, con el recado: mándese al archivo muerto, pues los intereses de los trabajadores y la institución no están por encima de los empresariales.
Oficios, denuncias y protestas de los empleados van y vienen… y no hay respuesta, salvo las amenazas y prepotencia de Aguilar Zínser, que ha nombrado personal de confianza para controlar la situación. El médico pediatra que aspira a que Calderón, antes de irse lo imponga en la dirección del hospital de Pediatría, ignora que los empleados, cansados y hartos de sus abusos van a luchar por impedir la privatización de ese servicio que, en transporte carretero debe atender a casi millón y medio de operadores a los que se debe controlar médicamente y al privatizar, los particulares harán negocio y permitirán que choferes, como los que han causado las recientes tragedias, manejen enfermos, drogados y obtengan sus documentos con sobornos.
cepedaneri@prodigy.net.mx
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