¡¡Exijamos lo Imposible!!
Todavía nos podemos llevar una sorpresa...
María Teresa Jardí
El PRI va solo, es claro, rumbo a la presidencia, a pesar de la mediocridad y pobreza cultural e incluso de ideas en todos los sentidos del candidato que lleva.
Pero puede ganar la Vázquez Mota. Por cada correo llamando a no votar por esa mujer, expresión de la más siniestra ultraderecha, circulan veinte, treinta, cincuenta, cien, no sé bien, pero saltan a la vista los muchos más que cada día se reciben en cada correo en contra de Peña y lo mismo sucede en Facebook y me dicen quienes lo usan que también en el twitter.
Es claro que en este país donde lo único que crece es la pobreza sólo una minoría tenemos acceso, y que cada usuario de la red de la Internet lee, mayoritariamente, a los que dicen lo que él mismo piensa. Aunque lleguen muchos más correos, no solicitados, por aquello de que es una forma de hacer propaganda y éstos como la telebasura también pesan en los que no piensan.
El PRI lleva como aliada a la Gordillo. Y si Calderón negoció hace seis años con esa espécimen, como pago, amén del Sindicato de maestros regalado por Salinas y de la SEP que le cediera Zedillo, el ISSSTE y la Lotería, lo que no habrá comprometido pagarle Peña Nieto a cambio de su aparente retiro, de momento y con un títere como fachada, para no mancharlo más con su ambición inaudita, corrupción tolerada, impunidad garantizada y mala fama a pulso ganada. Más allá de que sea claro que el PRI no ha aprendido nada de su pasado. Acabó gobernando por la inercia del sistema neoliberal impuesto desde fuera y cayó porque ya era hora de que se fuera. El hartazgo ciudadano no le ha merecido ni la menor de las reflexiones.
La Vázquez Mota tiene de su lado, amén de a un psicópata desesperado que se sabe genocida, denunciado ante la Corte de la Haya, quien, le ha puesto, a manera de garantizar que le cuide la espalda al menos en México, el aparato íntegro del desarmado, en su estructura ética, Estado mexicano, garantizado también el voto de las organizaciones no gubernamentales a las que el panismo se ha encargado de repartirles la limosna que ni el PRI ni AMLO, para sobrevivir, les garantizan. El PRI tiene a la Gordillo. Vázquez a Rogelio Gómez Hermosillo, un ex prófugo de la “izquierda”.
Al contrario de los otros AMLO tiene en contra a los partidos de los que es candidato. En el movimiento ciudadano tiene a su único real aliado. Empresarios y víctimas, capaces de prostituir hasta el dolor por la pérdida de un hijo, como la Wallace, van a decantarse por quien mejor les garantice su prevalencia como ricos. Mientras que a los padres que sí sufren el dolor de esa pérdida AMLO se ha encargado de alejarlos, como ha ido haciendo, de a poco, incluso con el grueso de su voto duro.
No está mal el amor como motor de la vida toda. Pero setenta mil ejecutados impunes o ciento cincuenta mil o tres o dos o uno, no son perdonables. Cada quien con sus creencias. Pero no hay mejor promoción para garantizar la abstención o los votos anulando que lo de arrodillarse ante un Papa nazi oyendo de nuevo gritar ¡Viva Cristo Rey! en el Cerro del Cubilete.
Tengo la impresión de que AMLO no quiere ser Presidente y lo entiendo. Ningún hombre inteligente y decente aspira a sentarse en una silla dinamitada en un Estado inexistente.
Todavía, los mexicanos, podemos encarar la atroz sorpresa de que se “legalice”, otra vez la llegada, “haiga sido como haiga sido”, de la Vázquez Mota. De todas, la peor de las ofertas.
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