martes, 10 de abril de 2012

Por que cada vez aumentan los indecisos?

¡¡Exijamos lo Imposible!!
Ambicioso proyecto petrolero: AMLO 
Lilia Arellano

Estado de los ESTADOS

Engañosas encuestas aumentan a indecisos
Vázquez Mota y Peña Nieto
, sin propuestas
Enterraron pasados de De la Madrid y Carpizo

Acompañan a Calderón todo tipo de reclamos


“La democracia es el proceso que garantiza que no seamos gobernados mejor de lo que merecemos”.- George Bernard Shaw
 

La semana que recién terminó tuvo, pese a ser lo que comúnmente llamamos “días de guardar”, mucha agitación y, sobre todo, se caracterizó por dejar en total evidencia la falta de memoria de algunos analistas, lo cual no logró trascender hasta la sociedad que tuvo muy presente de quién se hablaba y cuáles fueron sus actuaciones en vida. En el mismo tenor se inscribieron los dimes y diretes de los aspirantes a residir en Los Pinos y ni qué decir de la movilidad que, según los diferentes encuestadores, sufrieron las preferencias.

En la mayoría de medios de comunicación se enalteció la figura del ex presidente Miguel de la Madrid, se le calificó como un gran hombre que resistió embates de todo tipo y se hizo clara referencia sobre aquellos ligados a la economía. Aguantó, comentaron algunos, que se le calificara de “hombrecillo gris”, cuando en su mandato, señalaron, tuvo que adoptar y dictar medidas que no fueron del agrado de la población pero que, en su momento, resultaron imprescindibles para el buen rumbo de la Nación. Con este extracto de comentarios se dejó en claro hasta dónde puede llegar la desmemoria y cómo se mantiene viva esa costumbre de arrojar muchas flores sobre las tumbas.

Enterraron junto a Don Miguel, la venta indiscriminada de las empresas paraestatales, la gran sangría que esto produjo y con ello el inicio de un gran desempleo. Tampoco recordaron la incapacidad demostrada ante los hechos ocurridos en septiembre de 1985, en el gran sismo que sacudió no sólo a la capital de la República sino a 6 entidades más. Ni qué decir de lo falso de su promesa de campaña basada en la “renovación moral”, cuando fue exactamente durante ese sexenio que el gobierno federal produjo a muchos más millonarios que los que en años logró hacer la Lotería Nacional. Fue también el tiempo en el que se abandonaron muchos controles que estaban en manos del Estado, entre ellos el de los precios.

Y ni qué decir sobre todos estos males del presente que dieron inicio justo con De la Madrid al frente del máximo mandato, tiempo en el que se formaron los cuadros de tecnócratas con los cuales todavía batallamos. Al desempleo generado en esa época, habrá que agregar la desaparición de sindicatos, de organizaciones tan fuertes como el ex de Petróleos Mexicanos, y a eso que le llaman “aguantó”, no fue sino el inicio de toda una estrategia para cobrar venganza por expresiones públicas como la de José Sosa, por entonces líder de la organización petrolera, quien sostuvo: “Se hunde PEMEX, se hunde México y se hunde Usted”. El ahora difunto abandonó el gobierno el primero de diciembre y no pasaron ni 40 días cuando Joaquín Hernández Galicia ya estaba tras las rejas.

Pero también se incrustó en la economía nacional el narcotráfico. Fue el tiempo de las grandes siembras, de Caro Quintero, de Félix Gallardo, de las grandes dudas sobre la actuación del Ejército Mexicano por entonces comandado por el general Arévalo Gardoqui, sobre cuyo hijo pesaron acusaciones durante más de una década. Parece que en sus comentarios, quienes alabaron durante minutos y se llevaron párrafos y párrafos llenos de adjetivos olvidaron “la caída del sistema”, el fraude del que tanto se habló sobre el proceso electoral en el que Cuauhtémoc Cárdenas presumía haber triunfado. Todo apunta a que también, en el terreno de la política, basta con morirse para que todo el pasado quede cubierto, como sucede en las familias cuando velan al difunto quien en vida fue calificado de borracho y después sólo tenía un cierto gusto por algunas bebidas.

Lo mismo sucedió con la figura del campechano Jorge Carpizo. Olvidamos el berrinche que realizara como titular en Gobernación cuando presentó su renuncia y dijo que solamente si el pueblo se lo demandaba volvería al cargo y hasta fijó plazo para que se hiciera una especie de votación. Tampoco se habló de aquel análisis que, como rector de la UNAM, presentara sobre las fallas que tenía la institución y que sólo quedó plasmado en el papel porque no movió un solo dedo para su corrección. Y qué tal cuando fue nombrado primer titular de la Comisión de Derechos Humanos.

Entonces consideró que solamente con su nombre y presencia podría dar realce a una institución que formaron porque era una exigencia de los Estados Unidos para poder otorgar aquella vergonzosa certificación que le entregaban a los países que se suponía luchaban en contra del narcotráfico y la violencia, por lo que se dedicó a tomar casos policiacos que le dieran notoriedad como aquel, en el que se dijo espiado apenas a unas horas de haber llegado a la oficina que albergaría las primeras instalaciones de la CNDH.

No hubo quien recordara aquella persecución contra tundemáquinas a los que calificó como “narcoperiodistas”, e incluso la encarcelación de uno de ellos, de Mario Murguía, quien firmaba bajo el seudónimo de Matarili Lirilón, y que tuvo la columna policíaca más leída en el país durante décadas. Durante el tiempo en el que ocupó la titularidad de la PGR, se prestó a todo tipo de engaños y dejó sin aclarar los expedientes de los asesinatos cometidos en el tramo final del sexenio de Carlos Salinas de Gortari, creando incluso un reporte “nintendo” en el asunto del crimen del Cardenal Posadas Ocampo.

Ambos personajes, sin duda que fueron claves en la conducción del país, pero en su mala conducción. Dieron inicio a una serie de situaciones que actualmente sacuden a la sociedad. Se mostraron también muy magnánimos los analistas sin, al parecer, considerar que los funcionarios mencionados ocuparon posiciones de gran responsabilidad, la cual no sólo no enfrentaron sino dejaron en manos de quien sería el sucesor y a uno le garantizaría la paz del retiro con todas las consideraciones y al otro trabajo y libertad aseguradas. No es raro, pues, que a los sepelios se presentaran tanto Felipe Calderón como Carlos Salinas. Miguel de la Madrid puso la primera piedra para que ambos lograran sus fines y se llevara al país hacia una derecha que, ya lo hemos visto, no sólo hunde sino cobra vidas y por miles. Basta, pues, con morirse para crear héroes de papel.

DE CANDIDATOS

La estrategia para mantener en un tercer lugar a Andrés Manuel López Obrador ha obligado a los encuestadores a ir aumentando el porcentaje que tenían destinado para los indecisos. La inamovilidad en la que mantienen en un segundo sitio a doña Josefina Vázquez Mota es ya increíble para todos. Los errores que la candidata ha cometido, antes y durante estos primeros diez de campaña, son muchos y las justificaciones y la forma en la que los ha enfrentado son todavía peores. No es fácil imaginarse a la señora presidenta diciendo que dará “un golpe de timón” cuando el país enfrente toda una tempestad. O que se refiera a “los errores del pasado” o a un “borrón y cuenta nueva”, o cualquiera de esas expresiones, con todo y los movimientos en los equipos que revelen su impreparación para ocupar un cargo de tal importancia.

También ha dejado en claro que no sabe enfrentar con agilidad y lucidez las situaciones difíciles y un ejemplo de ello lo dio cuando fue rechazada de uno de los puestos donde venden alimentos en el área de Tres Marías, dentro de los límites del Estado de México con Morelos, entidad esta última a la que también le corrió el propio Enrique Peña Nieto dizque por las rencillas que se han presentado entre los tricolores, su dirigencia y sus candidatos.
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