Libérenla, es el grito de un lado. Refúndanla, gritan del otro. Así de extremas las posturas sobre uno de los casos más emblemáticos y polémicos de la justicia mexicana de todos los tiempos. Por supuesto que me refieron a Florence Cassez, a la que ciertos medios convirtieron desde hace seis años que está en la cárcel la pinche francesa secuestradora y culpable, “haiga sido como haiga sido”.
Es motivo de orgullo que, a pesar de que han querido destruirnos, no lo han logrado ni lo lograrán. No sólo porque tenemos autoridad moral, sino porque las mujeres y los hombres que participamos en esta lucha, profesamos un profundo amor por nuestros semejantes y, más allá de alevosías y frente a todo tipo de adversidades, mantenemos la firme convicción de construir una sociedad más justa, más humana y más igualitaria
Es motivo de orgullo que, a pesar de que han querido destruirnos, no lo han logrado ni lo lograrán. No sólo porque tenemos autoridad moral, sino porque las mujeres y los hombres que participamos en esta lucha, profesamos un profundo amor por nuestros semejantes y, más allá de alevosías y frente a todo tipo de adversidades, mantenemos la firme convicción de construir una sociedad más justa, más humana y más igualitaria
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