Nazis cristeros
Edgar González Ruiz
Los nazis siempre han tenido simpatizantes en México. Hoy en día, existen agrupaciones pronazis, con presencia en internet y algunas entidades. Se pueden distinguir ciertas vertientes: por un lado, los nazis “ortodoxos”, que siguen fielmente las ideas originales de Adolf Hitler; por otro, los nazis “revisionistas”, que adaptan las doctrinas nacionalsocialistas, basadas en el militarismo, la dictadura e ideas de superioridad racial, a la realidad del país, con su pasado prehispánico y su herencia colonial, de hegemonía católica.
Estos nuevos nazis se declaran católicos, son aliados de la Iglesia en temas como el aborto y el rechazo a los homosexuales, y a veces recurren a la simbología cristera, guadalupana y conservadora; así, algunos de ellos rinden culto a Maximiliano I de Habsburgo.
Estos nuevos nazis se declaran católicos, son aliados de la Iglesia en temas como el aborto y el rechazo a los homosexuales, y a veces recurren a la simbología cristera, guadalupana y conservadora; así, algunos de ellos rinden culto a Maximiliano I de Habsburgo.
Como era de esperarse, muchos militantes del nazismo simpatizan especialmente con proyectos del gobierno de Felipe Calderón, la militarización del país y la desmesurada importancia que el panismo otorga a la llamada “guerra” contra la delincuencia.
Ayer y hoy
Desde la década de 1920, las tendencias totalitarias que conformarían posteriormente las potencias del eje conocido como Roma-Berlín-Tokio, o la Alianza del Eje, encontraron simpatizantes entre los sectores derechistas.
En 1929, el arzobispo Leopoldo Ruiz y Flores pedía en una carta privada “que Dios nos dé un Mussolini”, dada la cercanía que en ese entonces tenía el gobierno fascista con el clero católico; el piso de la Catedral de Tampico, inaugurada en 1931, fue decorada con cruces gamadas que ostenta hasta la fecha; el catolicismo conservador fue decididamente partidario del dictador Francisco Franco, aliado de Hitler y del autócrata, Benito Mussolini.
Los cristeros que subsistían en la época del cardenismo –que asesinaban a maestras rurales y quemaban escuelas–, se identificaban como franquistas, partidarios de una dictadura católica, como la que existía en España. El movimiento sinarquista y miembros del incipiente Partido Acción Nacional –fundado en 1939– tenían afinidades con el fascismo y el falangismo (corriente política muy próxima al fascismo y al nazismo, que floreció en España durante la década de 1930). A su vez, los servicios de inteligencia de México y de Estados Unidos documentaron las actividades de los “quintacolumnistas” de esa época.
El general y empresario, Juan Andreu Almazán, candidato a la presidencia de México en 1940, era partidario decidido de los nazis: llegó a afirmar que su “corazón pertenecía a los nazis” y era uno de los principales donantes del Partido Nacional Socialista en la Ciudad de México (Juan Alberto Cedillo, Los nazis en México).
Con la derrota de la alianza del Eje, perecieron las esperanzas de quienes habían creído en la instauración de un orden mundial hitleriano, pero el nazismo siguió teniendo ideólogos y partidarios en México.
Salvador Borrego Escalante
Uno de los principales autores de literatura pronazi, desde la década de 1950, es el mexicano Salvador Borrego Escalante, autor de Derrota mundial, que cuenta con más de 40 ediciones en su haber. El libro, que en las décadas de 1960 y 1970 se usaba como texto de historia en las escuelas confesionales, plantea que la derrota de la Alemania nazi había sido la del mundo entero. Borrego fue amigo y colaborador de Salvador Abascal Infante, dirigente histórico del sinarquismo y padre de Carlos Abascal, exsecretario de Gobernación durante el gobierno de Vicente Fox.
A la fecha, Borrego sigue escribiendo libros sobre temas políticos, ideológicos y militares. Éstos tienen una gran influencia en algunos círculos nazis, incluso en países como España. Algunos famosos nazis, como Pedro Varela Geiss, han visitado México y participado en conferencias y eventos conjuntos con Borrego (http://www.youtube.com/watch?v=UwutVVZwywk).
En México, uno de los grupos que se identifican como “nacionalsocialistas” y que hacen alusión a la obra de Salvador Borrego es el llamado Brigadas Fascistas de México, radicalmente antisemita. Se declaran contra “el modelo neoliberal usurocrático de corte sionista” (sic) (http://www.paginasprodigy.com/eolmos74/acercadenosotros.html)
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