jueves, 11 de agosto de 2011

Hoy vamos por un contra poder popular

¡¡Exijamos lo Imposible!!
Otro poder es posible
Ricardo Andrade Jardí

Mientras el capitalismo mundial hace todo para salvarse de su inevitable final funesto que arrastrará a la pesadilla a cientos de miles de personas, los “representantes populares” de México, hacen todo para entrar en la historia de la infamia, esperando aprobar como “ley de seguridad nacional”, incluso un término, el de su propio nombre, que remite a las dictaduras sudamericanas y centroamericanas de los años setenta y ochenta, aprobar, buscan, un puñado de normas judiciales que, más que buscar la seguridad social, pretenden legalizar la barbarie, avalar la mediocridad sin límite del gobierno usurpador que Fecal encabeza y sistematizar la represión.

Esos son los representantes populares del México de hoy. Los legisladores del PRI y del PAN (como siempre) y los del PRD sumando a la imbecilidad de los anteriores. Fundamentalmente porque se tragaron el cuento de que una izquierda moderna es una izquierda a modo, sin ideología, sin izquierda. Aunque haya que reconocer que el PRD desde su fundación fue eso: un grupo de “arrepentidos” ex priístas que al no poder cumplir con las prerrogativas de ley para alcanzar un registro político nacional, se apropiaron del registro del Partido Comunista Mexicano (PCM), que ya en ese entonces y como señal de su decadencia se llamaba Partido Mexicano Socialista (PMS). Aunque también en honor a la verdad haya que reconocer que no se apropiaron a lo gandalla del registro político del PCM, si no que, muchos de los ahora ex comunistas, que vislumbraban el poder aunque al parecer no el cambio, se lo hayan regalado a los ex priístas. Y ahora esos pretendidos “representantes populares” votan una ley siniestra en nuestro nombre; en el mismo nombre por el cual cobran exorbitantes salarios pese a que los intereses que defienden son los intereses de oligarcas y telecráticos consorcios de los que son, ahí , auténticos representantes.

Pero el PRIAN y sus perritos se equivocan pues la represión, aun estando legalizada, es tan ilegal como el fraude electoral.

La represión será una norma más de entre todas las barbaries de quienes se hacen ricos a las costillas de nuestros silencios, de los silencios ciudadanos, pero no podrá ser nunca algo legítimo, aunque sabemos que a la pandilla de legisladores la legitimidad no es algo que les quite el sueño. No en tanto, al menos, mientras sus bolsillos estén llenos de dinero público y de las limosnas que las oligarquías reparten para comprar lo poco de conciencia que les queda, si es que les queda algo.

Pero las noticias del mundo llegan a México y así como los jóvenes chilenos salen a defender su derecho a la educación, más pronto que tarde saldrán los jóvenes mexicanos a defender ese derecho y así como la rabia tensa las calles londinenses, esa rabia se hará presente pronto en los jóvenes desplazados del sistema, y así como los indignados españoles, griegos, portugueses..., pugnan por una democracia participativa y ya no representativa ante la inmoralidad de quienes dicen representarlos...

En México, en tanto el PRI celebra su pírrico triunfo electoral en el Estado de México, donde seis (6) de cada diez (10) ciudadanos en edad de votar simplemente no se tomaron ni la molestia de perder su tiempo para “elegir” a quienes de todas formas nunca los representarán y que en el fondo son impuestos por el poder del dinero y no por la voluntad popular, se gestan las micropolíticas de resistencia que a su vez se multiplican por todos los rincones del país en pos de un cambio verdadero que ignora ya a ese grupo político que sirve sólo a los grandes capitales.

Un cambio verdadero que propone la construcción de un contra poder popular -y valga aquí la contradicciónque cambie a México sin tomar el poder.

Un ejercicio de acción política ciudadana para construir otro país: justo y digno para todos y para todas, aunque a la telecracia y los consorcios capitalistas no les guste.

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