Hasta la Escuela de las Américas
María Teresa Jardí
Mejor conocida como Escuela de los Asesinos, está, por lo visto, siendo trasladada a México, la Escuela de las Américas, al estado de Puebla. La escuela productora de sicarios y entrenadora de kaibiles y de toda ralea de asesinos entre las fuerzas armadas y policiales de los estados entreguistas a modo del imperio yanqui.
Toda la razón tiene Obama cuando señala que es a los gobernantes a los que les toca en su territorio hacer cumplir las leyes. Lo hacen los dignos, que nada tienen que ver con una llegada “haiga sido como haiga sido” al puesto usurpado que los ciudadanos a otro le concedimos. Los dignos que son los que paran a tiempo a los yanquis en su proclive vocación de invasores. Lo que no cabe esperar de quien llega usurpador y menos aún cuando su entreguismo es su única divisa avalada por su vocación asesina. Al que desprecia incluso Obama. Como habrán despreciado los yanquis a Pinochet. Pero cuyo entreguismo necesitan para superar el “bache” económico en que se hayan inmersos los gringos con el negocio de la guerra que es lo que saben hacer los gringos. Y ante el fracaso de sus guerras asesinas es obvio que el imperio yanqui a México ha ido trasladando, con el permiso e incluso a petición, la imbecilidad de Calderón es monumental, su negocio de la guerra.
Los mexicanos vamos a pagar la debacle financiera del negrito que es demostración de que gobernante gringo ni aunque negro es mejor cosa.
Una pena que los abogados de la UNAM tan tarde hayan presentado sus propuestas que consignan lo mismo sobre lo que otros desde hace años venimos escribiendo, a final de cuentas son las recetas conocidas en el mundo, sobre las que otros venimos escribiendo para dejar para la historia al menos la constancia de que alguien lo dijo y no con el ánimo de ser escuchados, queda claro, como no van a ser escuchados los también investigadores universitarios.
Cuando se acumula el dinero de inmoral manera se deja de sentir el placer que produce el poder comprar de tanto en tanto alguna cosa y entonces se pasa a las perversiones como satisfactores que el dinero compra: asesinatos de mujeres, pederastia, violación de niños y de mujeres, de hombres y de niñas... Y también asesinatos de pobres que en mendigos obligados se ven a convertirse y fingiendo anarquistas terroristas aquí los de derecha convertidos están desde que aparecieran, en Michoacán, el coto de poder de los Calderón, echando granadas sobre la gente que la Independencia, de la que ya no queda nada, celebraba.
Aquí a los cabezas rapadas clases podrían darles los grupos paramilitares, entre los que destaca el ejército de hombres de negro que García Luna comanda que en este preciso momento son el mayor de los problemas a enfrentar para el pueblo mexicano.
Y lo mismo sucede con los negocios que dejan el caudal de dinero que tienen los ricos que en el mundo mandan: trata de blancas, secuestros, narcotráfico y las guerras, a las que además se suma el negocio rotundo de la construcción de la destrucción que produce la guerra y que deja tanto dinero a los amos del mundo.
México, ha sido destinado, está claro, incluso con el nombramiento del impresentable embajador yanqui importado directamente de Afganistán, a ocupar el lugar de Vietman y de Irak y del propio Afganistán como productor de divisas para los amos de los yanquis y para el vasallo, de esos amos, el impresentable gobierno yanqui.
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