Las ONG y el almirante
Carmen Aristegui
Una de las principales, como se sabe, relacionada con los derechos humanos. El creciente número de denuncias por violaciones a derechos humanos cometidas por miembros de las Fuerzas Armadas ha hecho que las organizaciones ciudadanas y activistas adquieran un papel fundamental en un contexto como el que hoy se vive. Sus trabajos de investigación y de denuncia resultan indispensables para la sociedad ante fenómenos de desapariciones, torturas y muerte de civiles que se presentan en diferentes partes del país atribuidos a miembros de las Fuerzas Armadas y policiacas en el marco del combate al crimen organizado.
Aquí de lo que se está hablando es de las implicaciones que tiene para el país que un número indeterminado de estos crímenes haya sido cometido por las propias autoridades. Por eso la apuesta por los derechos humanos es crucial para un país como el nuestro. No en vano se aprobó una reforma constitucional, de gran calado, en esta materia. Justo por eso sorprenden e inquietan las declaraciones del secretario de la Marina, acerca de este tipo de organizaciones ciudadanas y la defensoría de derechos humanos.
Apenas hace unos días se echó a andar una campaña, con el patrocinio de la oficina de la Alta Comisionada de Derechos Humanos de la ONU para invitar a la población mexicana a sumarse a la defensa de los defensores de derechos humanos en nuestro país. Esta iniciativa tuvo lugar a raíz de las numerosas agresiones y persecución de diversos activistas y miembros de organizaciones no gubernamentales.
Si las autoridades federales, el almirante Saynez en particular, saben de alguna organización que –presentándose como ciudadana– en realidad colabora y desarrolla sus tareas, de forma deliberada, para favorecer a los criminales y participar de un “juego perverso” para dañar a las instituciones, entonces tendrían que identificar a quién o a quiénes se refieren y describir el tipo de acciones que se realizan para ello porque, entonces, estaríamos frente a una modalidad del propio crimen organizado.
Haría bien el secretario en reconsiderar su dicho. Es deseable y exigible una nueva declaración en donde manifieste su respeto por los derechos humanos y por quienes los defienden desde las organizaciones ciudadanas. No es aceptable que desde la voz oficial se pretenda “criminalizar” o poner bajo sospecha el trabajo ciudadano.
No hay comentarios:
Publicar un comentario