¡¡Exijamos lo Imposible!!
¿Cuál democracia, mexicanos?
Manú Dornbierer
Satiricosas
Cada vez que escucho que los mexicanos estamos en riesgo de perder nuestra democracia, no puedo parar de reír con amargura. En México la ilusión de la democracia nunca pudo aterrizar. Toda la vida hemos oído hablar de “la democracia” y el régimen de 71 años del PRI demostraba cotidianamente que no la había. ¿Fue “la dictadura perfecta”? Jamás dictablanda como decían algunos. Pero a comparación con el cinismo y descaro panista, el camuflaje era eficiente en esa época, aunque no invisible. Y ahora quiere volver, pero peor de lo que antes fue. Y luego con la alternancia del PRI al PAN se anunció con bombos y platillos que ahora sí tendríamos democracia. Sólo que duró un día, aquel 2 de julio de 2000, cuando elegimos a Vicente Fox “para sacar al PRI de Los Pinos”, creyendo en él ingenuamente, pero en realidad diabólicamente manipulados por los agentes del neoliberalismo encabezados por el otro espurio Carlos Salinas de Gortari, y luego por su falso heredero Zedillo que, como decíamos, se le volteó, pero no para imponer desde el poder la democracia sino para seguir perpetrando contra México las mismas canalladas neoliberales, sólo que en su propio beneficio y para pasar a la historia como el “gran demócrata” que transmitió la estafeta de la presidencia a un miembro de un partido diferente al PRI, el PRIAN. Puro cuento todo esto. Estaba prevista la muerte en cuna de la democracia mexicana.
Un poco de memoria: Fox en cuanto tuvo el poder que le dio, esa vez sí el leal voto de los mexicanos, se apresuró a traicionar sus supuestos principios y a la democracia, alineándose con especial alegría derechista a los mandatos neoliberales internacionales, especialmente gringos y españoles. Pidió toda “la enchilada” y no la obtuvo, pero sí la ofreció y trató de cumplirla, hasta la caída de Fidel Castro. Dio la espalda a la democracia creyendo que bastaba su programa de radio “Fox contigo” para engañar. Además se dedicó a disfrutar su situación de presidente con dispendios como toallas de 14 mil pesos, viajes grotescos como el que hizo a China con sus cuates, Arturo Montiel entre ellos, para jugar entre los guerreros de Xian ante el escándalo mundial, etc. ¿Demócrata este gringo-español-chilango-guanajuatense, formidablemente inculto, mocho y sin embargo marido de la divorciada Martita? El fallido intento de esta señora de convertirse en la Evita Perón mexicana dañó hasta el final al país y nos costó a muchos ciudadanos directamente, como a Rami Schwartz de mexico.com, una fortuna para salvar su sitio web de las uñas pintadas (por no decir garras de Sahagún), a mí, la relación con Grijalbo, a muchas familias de posibles, constantes dinerales que les extirpó “la presidenta” para sus “obras”, etc. (si tiene un caso, escríbalo, lector). El recuento de daños puede ser muy largo.
Y al final, en vez de recapacitar, cometió dos actos imperdonables e inolvidables: 1.- La conocida persecución contra López Obrador que culminó en un “muy democrático” fraude electoral de 2006 que tan desastrosas consecuencias ha tenido para su beneficiario Calderón y del que aún se ufana el inteligente Vicente. “Yo gané dos elecciones”, dice. 2.- La venganza brutal contra los habitantes de Atenco, que habían defendido sus ricas tierras laborables enarbolando machetes -¿qué más?-, contra el ambicioso plan neoliberal-foxista de una inmensa área de aeropuerto y comercios para la Ciudad de México. Arturo Montiel, amigo y socio de Fox y de sus hijastros Bribiesca, gobernador entonces, obedeció la orden de “aplacar” criminalmente a los de Atenco y hoy tiene que cargar el actual gobierno del Estado de México con la culpa de la bestialidad presidencial foxista ¿o salinista? al ordenar la Corte la liberación inmediata de los mundialmente famosos “presos de Atenco” (Ignacio del Valle con 112 años de condena y otros 11 campesinos) que se han vuelto líderes sociales, aliados a tantos otros grupos que demandan justicia. ¿Qué reparación habrá por esos 4 años de cárcel de los de Atenco y por tantas afrentas inauditas de la policía contra su gente?
Desde siempre, pero más, no hay duda, desde 1982, entrada a México del neoliberalismo, prevalecen antidemocráticamente en los sucesivos y variopintos gobiernos la mentira más cínica, la hipocresía, la impunidad, la corrupción, y entre los ciudadanos la prostitución, la complicidad interesada y quizás una ceguera necia entre los ingenuos (aunque cada vez menos) que les impide ver la abyecta realidad de sus gobernantes. En otro términos, la ausencia de verdadera democracia para correrlos. ¿Quién puede atreverse sin atacarse de risa o de furia a hablar de una democracia en este sexenio que nació precisamente de la mayor burla a la democracia de la historia de México, que ya reconocen públicamente los mismos que la montaron, desde políticos hasta empresarios, al ver que aunque les han dado todo lo que pidieron a cambio de impedir la llegada al poder de la izquierda, el resultado de su “campeón” es un fracaso en todos los ámbitos de la administración pública, de tal envergadura que la constante propaganda de los medios vendidos, que son los más fuertes, igual da risa y furia.
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