Es motivo de orgullo que, a pesar de que han querido destruirnos, no lo han logrado ni lo lograrán. No sólo porque tenemos autoridad moral, sino porque las mujeres y los hombres que participamos en esta lucha, profesamos un profundo amor por nuestros semejantes y, más allá de alevosías y frente a todo tipo de adversidades, mantenemos la firme convicción de construir una sociedad más justa, más humana y más igualitaria
Es motivo de orgullo que, a pesar de que han querido destruirnos, no lo han logrado ni lo lograrán. No sólo porque tenemos autoridad moral, sino porque las mujeres y los hombres que participamos en esta lucha, profesamos un profundo amor por nuestros semejantes y, más allá de alevosías y frente a todo tipo de adversidades, mantenemos la firme convicción de construir una sociedad más justa, más humana y más igualitaria
lunes, 1 de marzo de 2010
Curitas a sus misas, ya nos arreglaremos solos
EDITORIAL
Del neo-oscurantismo.
Si las palabras que durante su homilía dominical pronunciara don José Guadalupe Martín Rábago, obispo de León, donde se refirió a que las lluvias, las inundaciones y los terremotos ¡“son por causa de la violencia y las bodas gays”!, fuesen ciertas.
Estaríamos de nueva cuenta ante la presencia de un Dios incalificable (como no sea de perverso y no ser acusados de herejía) que mata inocentes para hacer saber que vamos mal. Lo que sin duda es evidente; pero cualquiera pensaría que no sería la forma.
¿Qué nos está diciendo con todo esto?”, preguntó el representante de Dios en La Tierra y avecindado en Guanajuato. Y agregó: ¿No nos estará hablando el Señor?
Cabiendo aquí recordar las palabras del doctor Héctor Pérez: “Si dices que hablas con Dios, debes de estar orando. Pero si dices que Dios te habla, sin duda que estás esquizofrénico”.
Cuando si así fuesen las cosas y así fuese el modo de “hablar” de su Dios (El diluvio, Sodoma y Gomorra) regresando con las declaraciones del Obispo de León.
Su Todopoderoso debería de castigar o matar a los culpables, no a los inocentes que no le han hecho nada. Pero ultimadamente, allá su Señor y su propia conciencia (que sin duda debe tener)
Y sin poder soslayar que los desastre pueden ser naturales, o por alguna otra causa; en este caso, la violencia y las bodas gay. Pero no pueden ser las dos cosas al mismo tiempo.
He ahí un claro ejemplo del porqué del Estado Laico y del porqué los curas no deben intervenir en política.
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