Milán. Una estatuilla de la catedral de Milán, similar a la que fue lanzada por Massimo Tartaglia contra el primer ministro italiano Silvio Berlusconi, cuyo médico aseguró este lunes que se encuentra más grave de lo que se creía tras la agresión. Reuters
Es motivo de orgullo que, a pesar de que han querido destruirnos, no lo han logrado ni lo lograrán. No sólo porque tenemos autoridad moral, sino porque las mujeres y los hombres que participamos en esta lucha, profesamos un profundo amor por nuestros semejantes y, más allá de alevosías y frente a todo tipo de adversidades, mantenemos la firme convicción de construir una sociedad más justa, más humana y más igualitaria
lunes, 14 de diciembre de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario