Carlos Monsiváis
Con su venia, señor presidente
No todos los debates son querellas a gritos o escenas de cinismo en las que el mayoriteo se burla de las reclamaciones y razones de las minorías.
A continuación, Ana Estela Durán Rico, del PRI, en contraposición de la postura de la líder nacional Beatriz Paredes, dedicada a lanzar oscuridades cada que se le pregunta sobre el tema, fue contundente en su defensa del Estado laico, agraviado por la campaña de PRI y PAN, y cuestionó: “¿Pueden las mujeres ejercer su derecho a decidir? ¿Tienen la mayoría de edad para asumir responsabilidades? ¿Puede algún diputado, funcionario o gobernante atropellar los derechos de las mujeres? ¿Qué está detrás de esto? ¿Líderes de opinión? ¿Relaciones de poder? ¿Dictados detrás de las esferas eclesiásticas? ¿Líneas conservadoras recurrentes? ¿Confrontaciones personales? ¿Decisiones individuales producto de convicciones o creencias, o simplemente una confusión prohijada que ha distorsionado el verdadero debate pretendiendo que es un conflicto entre quienes defienden la vida y quienes pretenden apoyar a la muerte?”.
Ifigenia Martínez, del PT, fue también precisa: “México es un Estado laico; garanticemos decidir que llevar a término un embarazo debe ser reconocido como derecho sólo de las mujeres. No somos objetos, somos seres humanos y exigimos derechos plenos en todo el país”. A la defensa de una panista de la penalización del aborto, Porfirio Muñoz Ledo, del PT, contesta: “El concepto de derecho a la vida que acaba de ser esbozado corresponde a una definición religiosa, no a una definición del derecho público. El derecho público es muy claro y cuando se cita la Constitución debe, en primer lugar, citarse el artículo primero. Todo individuo gozará de las garantías que esta Constitución consagra… En el proyecto de reformas al Título Primero, habíamos propuesto ‘toda persona’. En dado caso sólo la ley puede determinar cuándo alguien es individuo. No hay ninguna rama del derecho que determine que el individuo existe antes del nacimiento”.
La discusión es larga, y por una vez colmada de razones o de lo que se piensa que son argumentos contundentes. Muñoz Ledo es brillante: “El oscurantismo es una reducción del pensamiento científico y del proceso educativo. ¿Durante cuánto tiempo quienes piensan como usted combatieron las ideas de Darwin, porque estaba en la Biblia la historia de Adán y Eva? ¿Qué sostuvieron contra Galileo, contra Copérnico? Tuvieron siempre científicos alquilones para ocultar una verdad que ahora se ha vuelto universal”. El diputado Gerardo Fernández Noroña remite a hechos recientes: “Le recuerdo que alguna autoridad municipal (las educativas en León, Guanajuato, que incineraron libros de textos de Biología del primer año de secundaria de la SEP) quemó libros de biología, porque enseñaban educación sexual. ¿Eso es una posición correcta? No. ¿Es una posición científica? No. ¿Es una posición a favor del conocimiento? No. Es una posición retrógrada”.
El panista Francisco Javier Salazar se enreda con los argumentos del ADN y resuelve la duda de los oyentes con su experiencia personal: “Termino con una anécdota personal. Hace poco más de un año me mostró mi hija una fotografía de ultrasonido de mi nieta de 11 semanas. Señores, de veras, se los digo con sinceridad, esa foto de ultrasonido la tengo en mi álbum de fotografías más queridas. Es un bebé; es un bebé con sus pies, su cabeza, sus manos, su corazón. Es un bebé. Si alguien quisiera matar a ese bebé, ¿por favor?, contaría con mi absoluto rechazo y mi absoluta reprobación”. Contesta Fernández Noroña: “Si para usted un bebé es el producto, es un problema de su confusión, de su desconocimiento del lenguaje, de la biología, de una discusión filosófica muy profunda y de su concepción religiosa. Si usted cree en la Divina Providencia, puede creer en cualquier cosa, pero no tiene por qué imponérselo a toda una sociedad, que es un Estado laico. Yo soy también profundamente respetuoso de las percepciones que cada quien tenga, pero no tienen por qué imponérselas a las demás personas… Vea el diccionario de la Real Academia Española, vea lo que dice bebé y me dice si se considera bebé a un producto entre uno y nueve meses. La definición exacta es niño de pecho. Quiero que me explique cómo puede ser un producto niño de pecho”.
El debate es largo y, por supuesto, cada quien sale provisto de las convicciones que ya llevaba. Sin embargo, se deja leer con fluidez y es en verdad interesante. La prensa, la radio y la televisión lo ignoran por completo.
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