Nuestra voz debe ser unánime: ¡Ya basta!
Nada de aumento de IVA, ni recortes a educación, ni retiro de subsidios. Nada de incremento de los precios de los servicios, electricidad y gasolinas. Ningún impuesto más. ¿Cuáles son las preocupaciones del pueblo? ¿Llenar el boquete financiero de Carstens? ¿Darle más dinero a Calderón para su sueldo y el de todos los parásitos de la alta burocracia? No, el pueblo quiere que la riqueza que genera llegue a su mesa, que sus hijos puedan ir a la escuela, que su familia tenga acceso a clínicas y hospitales con medicinas gratuitas. El pueblo quiere trabajo y una vida mejor. Lo que Calderón propone, no tienen nada que ver con eso. Ellos quieren llenar el hoyo fiscal para seguir en las mismas, explotando al pueblo, seguir enriqueciéndose a costa del trabajo ajeno. En su propuesta no hay nada que nos haga pensar lo contrario, no hay impuestos a la especulación financiera, no hay recorte sustancial de sueldos a los políticos, ni reducción de sus gastos de servicios personales.
Dice Carstens que los recursos de su nuevo impuesto del 2% a todo, será para los pobres, que el gobierno lo certifica frente a quien sea. Y Calderón sale casi hasta por las coladeras diciéndonos que “seamos solidarios” con los pobres, que los apoyemos, que cada chicle que masquemos servirá para darle de comer a un pobre… ¡Qué canallada! Pedirle al pueblo que acepte este chantaje. Exigirle que ponga más cuando ya ha sido exprimido hasta el cansancio y ellos mantienen intactas sus fortunas. ¡No tienen vergüenza Calderón y su camarilla! Sí queremos erradicar la pobreza, pero no a costa de hacer más pobre a todo el pueblo, sino a costa de la riqueza de unos cuantos. A costa de acabar con este aberrante sistema económico.
Alimentación, educación, salud, vivienda y trabajo, pueden y deben ser derechos garantizados para todos. Por ello tenemos que dar una lucha sin tregua. En esa crisis, la pelea será por los recursos, los de arriba inventarán cualquier tipo de chantajes y mentiras para apropiárselos, y así resguardar sus privilegios; frente a ello, los de abajo debemos oponernos, repudiar el paquete económico de Calderon y movilizarnos para derrotarlo, contraponiendo un programa anticrisis que proteja al pueblo y anteponga, sobre cualquier otra cosa, sus derechos más esenciales. Sí hay dinero, está en el despilfarro y los gastos absurdos del gobierno, en los altos salarios de los funcionarios públicos, en la corrupción, el pago de la deuda externa, etc. Sí hay recursos, pero se destina a favorecer a los grandes empresarios de dentro y fuera del país.
Que el gobierno siga viendo al norte y rezando por la reactivación de la economía gringa; veamos nosotros al sur, a nuestros hermanos latinoamericanos que cada vez más avanzan en la construcción de una sociedad más humana, más justa, más igualitaria. En manos de los actuales gobernantes, los medios productivos generan desempleo y miseria; el bienestar sólo será posible si estos pasan a manos del pueblo.
La movilización del pueblo, es lo único que puede detener este monstruoso saqueo.
¡NO AL PAQUETE ECONÓMICO DE CALDERÓN!
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