sábado, 4 de julio de 2009

Este momento no es para anular VOTOS

¡¡Exijamos lo Imposible!!
¡Salud! aquí te mando un dardo electoral…

Creo que no anularé mi voto…no creo que ese gesto se traduzca en una mejoría del sistema político. No veo cómo esa forma de protesta lograría afectar realmente a los partidos y a los políticos. ¿Qué va a pasar con la cifra que arroje el movimiento por el voto nulo? Vendrá una avalancha de declaraciones, de promesas, de puntos de vista. Nada más. ¿De veras creemos que los políticos se preocuparán por el voto nulo?, ¿creemos de veras que todas esas caras en las mantas de plástico y en los spots no duermen pensando en que habrá muchos votos nulos?

Lo único que piensan es en votos a favor o en contra. Y lo sabemos: gobernarán, alcanzarán su hueso con uno, dos quince, mil, votos a favor. De eso se trata, de votos a favor o en contra. Sean 200, 150, 12,000. Creo que en el marco de unas reglas dadas -las de la “democracia”- lo que cuenta son los participantes en un juego que convoca a decidir por tal o cual opción previamente aceptada. Lo que queda fuera del marco no “juega”, pertenece a otro orden. Un voto nulo se convertirá en una cifra que nos dirá del porcentaje, del número de gente que no estuvo de acuerdo con esa partida, con ese reparto, con esas opciones.

Creo que una elección no es el terreno en el que se deba discutir, opinar, analizar la reforma del sistema político, simplemente porque la jornada electoral no es el espacio que tal cuestionamiento necesita. Un cambio estructural requiere de un movimiento ciudadano articulado, exigente pero sobre todo constante, con capacidad de seguimiento.

Es como ir a un torneo de ajedrez y cuestionar sus reglas quince minutos antes de que empiece. Que esta protesta no se quede ahí. Que después del 5 de julio el movimiento se organice y sobre todo, perdure. Los cambios que exige son urgentes.

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