Así como “En un cambio de gobierno, los pobres si acaso cambiamos el nombre del amo”, como bien dijera Fedro. En el supuesto caso de que, ya unidas todas las naciones del mundo, se lograra derrotar a los grandes cárteles de las drogas y encarcelar a los jefes de todas las familias, el consumo de las mismas no se terminaría, y el negocio solo pasaría de unas manos a otras...
Es motivo de orgullo que, a pesar de que han querido destruirnos, no lo han logrado ni lo lograrán. No sólo porque tenemos autoridad moral, sino porque las mujeres y los hombres que participamos en esta lucha, profesamos un profundo amor por nuestros semejantes y, más allá de alevosías y frente a todo tipo de adversidades, mantenemos la firme convicción de construir una sociedad más justa, más humana y más igualitaria
Es motivo de orgullo que, a pesar de que han querido destruirnos, no lo han logrado ni lo lograrán. No sólo porque tenemos autoridad moral, sino porque las mujeres y los hombres que participamos en esta lucha, profesamos un profundo amor por nuestros semejantes y, más allá de alevosías y frente a todo tipo de adversidades, mantenemos la firme convicción de construir una sociedad más justa, más humana y más igualitaria
domingo, 26 de julio de 2009
El negocio no se acaba no más cambia de dueño
Así como “En un cambio de gobierno, los pobres si acaso cambiamos el nombre del amo”, como bien dijera Fedro. En el supuesto caso de que, ya unidas todas las naciones del mundo, se lograra derrotar a los grandes cárteles de las drogas y encarcelar a los jefes de todas las familias, el consumo de las mismas no se terminaría, y el negocio solo pasaría de unas manos a otras...
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