Relaciones sexuales con mujeres... ¡¡no se vale!!

¡¡Exijamos lo Imposible!!

EDITORIAL

Mientras más lejos, mejor.

El que desde el Vaticano Benedictus XVI le haya concedido más poderes a la Congregación para el Clero, a efecto de que el organismo pueda castigar más duramente a los sacerdotes que no respeten el celibato y que mantengan relaciones sexuales con mujeres, solo vine a demostrar una vez más la anacrónica pero lógica misoginia con la que desde adentro se maneja la religión católica.

Y por supuesto, hace ver, una vez más, la perversión de sus jerarcas, que sospechosamente no castigan con la misma firmeza a los pervertidos que abusan de los menores de edad. Antes los protegen, llegando a aberrantes y declaraciones como la de aquel arzobispo que dijo que semejantes actos “los hace más humanos”.

Cuando el tener relaciones sexuales con una mujer es lo más natural (y sano) Antinatural (anormal) es abstenerse de tenerlas. Y llevarlas a cabo con menores de edad, es ciertamente ya parte de una grave patología que casi como requisito deben de tener los sacerdotes desde que entran al seminario con la idea en mente del celibato.

Pero si se toma en cuenta que el fundador de los Legionarios de Cristo, Marcial Maciel, señalado en incontables ocasiones por sus aberrantes, enfermas y delictivas preferencias sexuales, al haber sido denunciado por sus propias víctimas de haberlas violado, dejó de ser considerado como un prospecto de santo por haberse hecho público que tuvo una hija.

Se puede inferir que para ellos es malo tener relaciones con una mujer, pero no la pederastia, haciendo ver que la podredumbre de la Iglesia vaticana ya se está desbordando. Sin soslayar que las perversiones del Clero a través de los Siglos siempre han existido, pero que dados los medios de comunicación que hoy existen, se han hecho ya del conocimiento de muchos ciudadanos.

Que dándose cuenta de la vergonzosa e incongruente realidad que se vive en el Vaticano, han preferido poner tierra de por medio y alejarse de sus representantes, de quienes, ciertamente, hay que estar distantes; y mientras más lejos, mejor.