¡¡Exijamos lo Imposible!!EDITORIAL
Preocupante y repugnante.
El oprobioso hecho de que México ocupe el segundo lugar en pornografía infantil a través de la Internet, por la que se distribuyen fotografías, videos, revistas, libros, dibujos y todo tipo de programas para computadoras.
Y que además este negocio se encuentre en productividad solo debajo de la venta de drogas y armas, da a entender, sin lugar a dudas, que nuestra sociedad está muy enferma.
Gravemente enferma. Lo que se refleja no solo en las aberrantes conductas que son difíciles de entender para quien no está afectado de sus facultades mentales, pero que es mucho más dañina y destructiva que la propia distribución de las drogas o de las armas.
Y si a eso le agregamos que el delito, nunca suficientemente castigado, ha aumentado exponencialmente, a tal grado que en el 2004 se detectaron 72 mil sitios de pornografía infantil, y en el 2006 la cifra aumentó a más de 100 mil, se puede deducir que el problema es mucho más serio de lo que se podría suponer.
Sin poder soslayar que este tipo de aberrantes conductas son inexplicablemente propias de todas las clases sociales; pero los que más hacen gala de ello, son los más pudientes, cuyos desenfrenos, al tener dinero, carecen de límites
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