Por Polimnia Romana
21 de Abril, 2009
Después de más de 100 años de lo ocurrido en ese lugar de Sonora, las condiciones tanto de los privilegiados como las de los trabajadores explotados siguen siendo las mismas. O sea que 100 años no nos han servido para recapacitar en que el abuso de unos cuantos termina por desestabilizar a todos.
Calderón es un perfecto ignorante de nuestra historia. Hace unos meses un caricaturista lo retrató perfectamente, esa caricatura se me quedó grabada: el pelele subido en un grueso libro de historia de México con un garrote en la mano golpeando un panal de avispas en el que se inscribía el nombre de Cananea. Y, eso es lo que hace Calderón con tal de no perder su lugar en el juego de las sillas, en el que todos corren al son que les toca el gran capital y se pelean por el asiento cuando se acaba la música.
La cuestión es que ya no se trata sólo del quítate tú porque ahora voy yo, se está jugando algo más que la defensa de los intereses de Jorge Larrea y su Grupo México, o el “prestigio” de Fox, Abascal, Javier Salazar, Javier Lozano y Gómez Mont, en estos momentos en los que el país se encuentra convulsionado, una gota de agua puede derramar el vaso, como hace 100 años.
Qué bueno que nuestro Presidente Legítimo decidió visitar personalmente a los mineros de Cananea y verificar con sus propios ojos los abusos y el hostigamiento que están padeciendo los trabajadores de la mina, a los que se les están aplicando la Ley como acostumbran los prianistas: bien torcida.
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