La visita a nuestro suelo del Jefe del Estado Mayor Conjunto de los EEUU, el Almirante Michael G. Mullen, según esto con el propósito de firmar un acuerdo por medio del cual los ejércitos de ambos países sostengan un ataque mancomunado en contra del narcotráfico, se esperaba.
Sin que el alto funcionario norteamericano haya dado una respuesta, cuando en Colombia, donde dio la conferencia de prensa antes de viajar a nuestro México, se le preguntó si enviarían tropas a nuestro México. Pero agregó que el gobierno mexicano empezó a revisar su política respecto de una cooperación militar amplia.
Cabiendo comentar que si ellos, los norteamericanos, no han podido controlar ni el tráfico ni el consumo de drogas allá en su territorio, menos lo van a poder hacer en nuestro México.
Pues sabido es de sobra que sus policías no solo son cómplices del los narcotraficantes a los que extorsionan y chantajean; sino que el propio Estado norteamericano es el que trafica con las drogas.
Como quedó demostrado con aquél sonado episodio de hace algunos años que protagonizara el Teniente Coronel Oliver North quien cambiaba armas por drogas.
Y sin soslayar que la guerra en Vietnam los norteamericanos la prolongaron durante tanto tiempo, a pesar de que sabían que estaba perdida, para continuar con el trasiego de la heroína que en los propios aviones de la Fuerza Aérea transportaban y que les dejó incalculables y fabulosas utilidades.
Haciendo propicio aquí el puntualizar, que si nuestro vecinos, los mayores consumidores de todo tipo de drogas en el mundo, fueron hasta Irak y hasta Afganistán para surtirse a manos llenas de petróleo y de heroína, nosotros les quedamos más a la mano.
Y aunque por psicosis históricas los yanquis siempre han evitado tener los conflictos bélicos cerca de sus fronteras, al parecer los tiempos han cambiado y por lo visto las políticas también.
Porque aunque ya desde hace tiempo oficialmente el sistema de salud está comenzando a utilizar (aunque repartir sería más exacto) drogas “de patente” que requieren de receta médica para adquirirse.
Lo cierto es que esos “medicamentos” contienen sustancias adictivas que obligan a quienes las consumen a continuar usándolos (hasta de por vida) pues parece ser que la política que quieren seguir nuestros vecinos, es controlar a los ciudadanos convirtiéndolos en dependientes de los fármacos, que aunque legales, no dejan de ser drogas adictivas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario