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Ricardo Andrade Jardí
Y mientras la realidad concreta de México supera la fantasía del país en el que creen vivir el usurpador fecal, una buena parte del empresariado chatarra y la pandilla de lacayos telecráticos, me refiero a los Sres. López Dóriga, Sarmiento o Alatorre (es evidente que los dueños del negocio de la telecracia saben muy bien cuál es la realidad y por eso intentan ocultarla), los ejecutados siguen aumentando sus saldos y entre éstos aparecen también luchadores sociales torturados y con tiro de gracia, mientras nos hacen saber que es “aceptable el respeto por los derechos humanos del ejército y que 671 quejas en un año no son muchas”; es decir si el parámetro se mide con el Irak ocupado tal vez no sean muchas, si se mide con las democracias que nos dicen debemos imitar son una barbaridad intolerable, pero parece ser que incluso para copiar la pretendida democracia occidental, lo haremos mal. Mejor ejemplo lo vemos con la crisis financiera global, donde las medidas estratégicas de la mayoría de los países bajo el manto del neoliberalismo, ha optado por moderar y controlar al mercado, así como de revalorar la estatización de ciertos controles financieros y económicos que imposibiliten, sin muchos resultados al parecer, que la especulación financiera siga golpeando los intereses sociales de la población, curiosamente México, y la política impuesta por las instituciones financieras mundiales, sigue sin quiere darse cuenta que el asunto supera toda la “verdad neoliberal” y que si no se actúa con un mínimo de sentido común, de razón y ciencia, las consecuencias serán inimaginables, aún para quienes intentan disfrazar la catástrofe, como catarrito, devastadoras para cientos de miles de personas a lo largo y ancho del país.
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