Consideramos en el aniversario de nuestra Independencia que la mejor manera de rendir homenaje a nuestros héroes es divulgando ante el pueblo sus ideas, es dando a conocer las nobles causas por las que lucharon y murieron.
Sin embargo, las ideas avanzadas de Europa penetraron en América a pesar de las persecuciones que efectuaban las autoridades virreinales. El siglo de la Ilustración es la época que en Europa y Nueva España se manifiesta afán por examinarlo todo: dogmas religiosos, defensa del derecho a la investigación científica y derecho de los pueblos para guiar su propio destino. La Inquisición se encargaba despiadadamente de frenar las inquietudes de criollos y mestizos por adquirir a toda costa las nuevas ideas de la Ilustración. A esa generación perteneció Hidalgo, que estudió para sacerdote no tanto por vocación sino porque en esa época si se quería estudiar, sólo se podía ser sacerdote, médico o abogado. Los españoles no permitían que ninguna persona nacida en América ocupara altas posiciones y el que aspirara a lograrlo no tenía más recurso que estudiar una carrera de las pocas señaladas y esto es para ocupar posiciones intermedias. Los militares podían llegar hasta capitán, los sacerdotes a curas párrocos y si éstos eran de casta baja se les confinaba a los lugares más apartados e insalubres. La madre de Morelos murió por vivir en un lugar como esos. Hidalgo no se conformó con su propio idioma y el latín, sino aprendió tarasco y nahuatl, para poder penetrar en el alma indígena y no conforme con esto, dominó el italiano y el francés, para compenetrarse mejor de las ideas filosóficas, políticas y científicas, sin importarle su seguridad, pues la lectura de los libros extranjeros estaba prohibida. Nunca pudo ocultar Hidalgo su espíritu reformador ante las autoridades eclesiásticas, mostraba erudición en sus trabajos, pero criticaba a los pensadores que sólo se aferraban a su criterio dogmático. Por esa razón perdió posiciones ganadas con mucho esfuerzo: sus puestos de Rector y Tesorero, lo mismo que sus cátedras del Colegio de San Nicolás de Valladolid , siendo exiliado a Colima. Se entrega por sus ideas políticas y sociales a la lectura de “ autores prohibidos”. El Contrato Social de Rousseau, El Espíritu de las Leyes de Montesquieu y la Historia Universal, especialmente la de Javier Clavijero, que fue expulsado y propagó sus ideas referentes a la falta de libertad en Nueva España. Los libros científicos le permitieron a Hidalgo iniciar a los indígenas de Dolores, en curtiduría, cerámica, tejidos de lana y seda, productos de cuero, cría de gusanos de seda, producción de miel, cultivo de la morera, etc. No tanto las lecturas fueron fomentando en Hidalgo, su pasión por la Independencia, sino el trato brutal y humillante que recibían los mestizos y criollos de parte de los inmigrantes españoles. Las conspiraciones y levantamientos en el extranjero, especialmente la Revolución Francesa y la inconformidad y rebeliones de los indígenas acabaron por convencerlo. En 1806, España cayó bajo la bota Napoleónica, Fernando VII había renunciado a su cargo para que lo ocupara José, hermano de Napoleón. Los criollos en Nueva España, piden al Virrey la Independencia de Nueva España, puesto que no había representación metropolitana a quien obedecer. El intento de separatismo fracasó por la violenta oposición de las autoridades españolas, Hidalgo examina la causa del fracaso, los criollos luchaban por los criollos, él lucharía por el pueblo. Los criollos querían una guerra autonomista, Hidalgo quería la Revolución popular. Y a ella entregó su vida. Hidalgo en su lucha promueve sus ideas nacionales: promueve las industrias de sus empresas buscando la autosuficiencia de su población. El establecimiento de esas empresas era la respuesta a las limitaciones que había impuesto España. La más hermosa obra social de Hidalgo, después de las primeras semanas dedicadas a sublevar a las masas urbanas y campesinas, fue la abolición de la esclavitud. En Valladolid el 19 de octubre de 1810, le ordena el Intendente Azorena, la expedición de ese decreto. Mas lo que consagró a Hidalgo como gran líder de la Revolución, fue haber ordenado el rescate de las tierras para entregárselas a los pueblos despojados . Esta es una de las primeras disposiciones en su obra política.
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