Es motivo de orgullo que, a pesar de que han querido destruirnos, no lo han logrado ni lo lograrán. No sólo porque tenemos autoridad moral, sino porque las mujeres y los hombres que participamos en esta lucha, profesamos un profundo amor por nuestros semejantes y, más allá de alevosías y frente a todo tipo de adversidades, mantenemos la firme convicción de construir una sociedad más justa, más humana y más igualitaria
Es motivo de orgullo que, a pesar de que han querido destruirnos, no lo han logrado ni lo lograrán. No sólo porque tenemos autoridad moral, sino porque las mujeres y los hombres que participamos en esta lucha, profesamos un profundo amor por nuestros semejantes y, más allá de alevosías y frente a todo tipo de adversidades, mantenemos la firme convicción de construir una sociedad más justa, más humana y más igualitaria
sábado, 13 de septiembre de 2008
AHORA SI QUE ME ASUSTARON
Agárrense: miles de policías,
¿a la calle?
por Alejandro Páez Varela
Si todo sigue conforme a los planes, en breve miles de policías en el país serán dados de baja. Viene, según Presidencia, la “reestructuración” de las corporaciones. Aquellos malos, inútiles o corrompidos agentes deberán salir, para dar paso a una nueva generación de servidores públicos. Qué miedo. Qué riesgo, si no se hacen bien las cosas. Policías y ex policías aparecen en casi todas las ramas del crimen organizado. Ellos eran los secuestradores de Fernando Martí y de cientos de mexicanos sin nombre ni apellido. Soldados y ex soldados, policías y ex policías engrosan hoy la filas de Los Zetas, o de La Familia, o de La Línea o de La Corporación o de los que usted mande. Ellos alimentan la horda de decapitadores, traficantes de drogas, de humanos y de armas que acosan a la Nación. Si miles saldrán de la policía, uno sólo puede asustarse: ¿qué harán cuando pasen a la “vida civil”? ¿Por qué no existe en México un programa que dé seguimiento a estos individuos? ¿Cómo fue que Sergio Humberto Ortíz Juárez, un ex agente de inteligencia federal, hizo su enorme fortuna (presumiblemente a punta de secuestros) sin llamar la atención de la autoridad? La ola de violencia que acosa al país está obligando a dar pasos extraordinarios. Ojalá no nos salga (a los ciudadanos) el tiro por la culata. Ojalá el gobierno aprenda de sus propios errores y no herede un problema mayor. Ojalá que estos golpes espectaculares (como la puntada de Calderón de vestirse de militar) no se vuelvan, con los años, en contra de los que estamos esperando desde hace mucho tiempo que la guerra contra los criminales sea de verdad, y no simples parches, acciones inspiradas en la inmediatez con ganas de captar votos en la víspera de los procesos electorales.
• BLOG del autor: alejandropaez.net
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