Cuando habría bastado, como bien señalaba al día siguiente Sabino Bastida en un noticiero radial, con que se hubieran comprometido a no tener escoltas en dos años todos los reunidos en ese lugar como la demostración de que en México, si se combate la impunidad desde la cabeza, se puede vivir con seguridad. Mientras firmaban, como testigos la Gordillo y el Deschamps, un juez soltaba a un acusado de secuestrar a otro niño y otro condenaba al líder de Atenco a la cadena perpetua que ya existe en México, aunque no lo consignen así las leyes. Olvidada también la impunidad en el caso del asesinato brutal de Alexis Benhumea, joven, también, como Fernando Martí, excelente estudiante y gran bailarín, buen hijo y buena persona, talentoso y con la vida por delante, arrebatada, de mala y cruel manera, por otro policía que impune, que está, a lo mejor incluso es uno de los secuestradores o hasta podría ser también el asesino de Fernando Martí.
Es motivo de orgullo que, a pesar de que han querido destruirnos, no lo han logrado ni lo lograrán. No sólo porque tenemos autoridad moral, sino porque las mujeres y los hombres que participamos en esta lucha, profesamos un profundo amor por nuestros semejantes y, más allá de alevosías y frente a todo tipo de adversidades, mantenemos la firme convicción de construir una sociedad más justa, más humana y más igualitaria
Es motivo de orgullo que, a pesar de que han querido destruirnos, no lo han logrado ni lo lograrán. No sólo porque tenemos autoridad moral, sino porque las mujeres y los hombres que participamos en esta lucha, profesamos un profundo amor por nuestros semejantes y, más allá de alevosías y frente a todo tipo de adversidades, mantenemos la firme convicción de construir una sociedad más justa, más humana y más igualitaria
domingo, 24 de agosto de 2008
HOY, HOY, HOY, FECALITROS RENUNCIA
Cuando habría bastado, como bien señalaba al día siguiente Sabino Bastida en un noticiero radial, con que se hubieran comprometido a no tener escoltas en dos años todos los reunidos en ese lugar como la demostración de que en México, si se combate la impunidad desde la cabeza, se puede vivir con seguridad. Mientras firmaban, como testigos la Gordillo y el Deschamps, un juez soltaba a un acusado de secuestrar a otro niño y otro condenaba al líder de Atenco a la cadena perpetua que ya existe en México, aunque no lo consignen así las leyes. Olvidada también la impunidad en el caso del asesinato brutal de Alexis Benhumea, joven, también, como Fernando Martí, excelente estudiante y gran bailarín, buen hijo y buena persona, talentoso y con la vida por delante, arrebatada, de mala y cruel manera, por otro policía que impune, que está, a lo mejor incluso es uno de los secuestradores o hasta podría ser también el asesino de Fernando Martí.
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