Un grupo de intelectuales ha presentado un amparo ante el Poder Judicial en contra del texto de la Constitución que prohíbe anuncios electorales o que ataquen a los partidos en radio y televisión. ¿Pueden los quejosos, con sus propios recursos, pagar un minuto en tarifa AAA en los canales del oligopolio televisivo? La respuesta sería que no se trata de que ellos paguen sino de la defensa de la libertad de cualquiera. Pero ese cualquiera no existe, es decir, es un puñado de mexicanos, los muy ricos. Nada más.
Es motivo de orgullo que, a pesar de que han querido destruirnos, no lo han logrado ni lo lograrán. No sólo porque tenemos autoridad moral, sino porque las mujeres y los hombres que participamos en esta lucha, profesamos un profundo amor por nuestros semejantes y, más allá de alevosías y frente a todo tipo de adversidades, mantenemos la firme convicción de construir una sociedad más justa, más humana y más igualitaria
Es motivo de orgullo que, a pesar de que han querido destruirnos, no lo han logrado ni lo lograrán. No sólo porque tenemos autoridad moral, sino porque las mujeres y los hombres que participamos en esta lucha, profesamos un profundo amor por nuestros semejantes y, más allá de alevosías y frente a todo tipo de adversidades, mantenemos la firme convicción de construir una sociedad más justa, más humana y más igualitaria
domingo, 29 de junio de 2008
¡¡QUE BONITA LIBERTAD DE EXPRESION!!
Un grupo de intelectuales ha presentado un amparo ante el Poder Judicial en contra del texto de la Constitución que prohíbe anuncios electorales o que ataquen a los partidos en radio y televisión. ¿Pueden los quejosos, con sus propios recursos, pagar un minuto en tarifa AAA en los canales del oligopolio televisivo? La respuesta sería que no se trata de que ellos paguen sino de la defensa de la libertad de cualquiera. Pero ese cualquiera no existe, es decir, es un puñado de mexicanos, los muy ricos. Nada más.
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